Antes los edison del mundo inventaban cosas y se hacían de oro, sí, pero aportando algo. Ahora en la era de los vendedores de humo estos se hacen más de oro aún pero sin aportar nada. Aportan un empujón más a la cultura del hacerse de oro mediante rollos. Rollos, engañifas, planes siderales, túneles vernianos y escafandras de ciencia-ficción. De la Tierra a la Luna en vez de imaginado o escrito (con bastante predicción por cierto y con bastante poca predicción o ninguna en el resto de novelas), ni escrito ni imaginado, sólo vendido con cuatro dibujicos y dos o tres brincos graciosos. Y si quiero, como todo el mundo me compra mis chorradas y tengo dólares para hacer con ellos fallas valencianas, compro twitter, lo llamo no se qué, los echo a todos y los vuelvo a contratar. Por mí como si hace una bola con twitter y hace otra falla valenciana, con él dentro. Y ahora, después de inventar también con dibujicos los túneles para ir más rápido de una ciudad a otra (el metro interurbano que anda solo y el túnel lo hace Rita), los viajes en el espacio y dartacan y los tres mosqueperros, nos viene con que le ha puesto un chip a alguien en el cerebro. ¿Y ha hecho algo el chip?. Nada, pero se lo ha puesto a alguien. Al tiempo que se lo pondrá él y bailará claqué gracias al chip y hablará tres idiomas más poniéndose ojos de chino. Espérate que ha inventado el coche eléctrico y las placas solares. Ah, y las baterías. Él hubiera sido el futurólogo capaz que hubiera predicho en el siglo pasado, más pasado, que los coches volarían por calzadas de aire pasando entre los edificios y que los niños estudiarían con embudos en la cabeza conectados a máquinas que le introducen la información en el cerebro. La jaula que sobresale de la fachada para que los bebés tomen el aire en la ventana y la escopeta doblada que dispara en una esquina. Mientras muchos (no todos, por cierto) científicos se afanan de verdad, con no siempre grandes presupuestos, o mejor dicho, casi nunca, en investigar, descubrir e inventar cosas de verdad que algún día servirán para algo, este chiripitifláutico nos anuncia sandeces sin fin haciéndose publicidad gratis para vender sus artefactos que son más o menos como los demás sólo que más caros. Dentro de poco ya sin ideas anunciará que ha descubierto por fin como viajar en el tiempo más rápido que la luz. Fiaros de él y dadle vuestros dólares. Sí, es Elon Musk.

QOSHE - El chip - Fco. Sánchez Collantes
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El chip

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07.02.2024

Antes los edison del mundo inventaban cosas y se hacían de oro, sí, pero aportando algo. Ahora en la era de los vendedores de humo estos se hacen más de oro aún pero sin aportar nada. Aportan un empujón más a la cultura del hacerse de oro mediante rollos. Rollos, engañifas, planes siderales, túneles vernianos y escafandras de ciencia-ficción. De la Tierra a la Luna en vez de imaginado o escrito (con bastante predicción por cierto y con bastante poca predicción o ninguna en el resto de novelas), ni escrito ni imaginado, sólo vendido con cuatro dibujicos y dos o tres brincos graciosos. Y si........

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