Amí estas fechas me traen siempre olor a novedad. Además de los típicos propósitos de nuevo año ese aroma de lo que está por venir me hace cuestionarme cómo será el futuro. Últimamente se habla mucho de cómo van a cambiar o incluso desaparecer algunas profesiones ante el avance imparable de la inteligencia artificial. Y es que claro, en determinadas parcelas, resulta difícil competir con un algoritmo que se sabe todas las respuestas y además te las plantea de forma que cualquiera las podemos entender. Pero, por descontado, algunos oficios nunca serán superados por este invento. Si una labor tiene futuro, por más que le pese a los gurús de la tecnología, es el de los “arreglavidas”.

Comparen ustedes mismos y verán como no hay color entre lo que ofrece el chat gpt y lo que aporta el vecino o la amiga retorcida. Si le preguntamos a la máquina cómo mejorar nuestra vida nos soltará una retahíla de consejos genéricos y asépticos del tipo “gestiona bien el estrés” o “cuida tus relaciones”. Eso no tiene gracia ninguna, válgame.

Ahora planteen la misma pregunta a los humanos. Sonrisa de hiena, brillo en la pupilas, frote de manos y comenzamos: “yo que tú empezaría por…” Y a partir de ahí habrá un despliegue de consejos que, por supuesto, el consejero jamás se atrevería a aplicar para sí mismo. Y todo aliñado con un tinte de goce ante el supuesto infortunio ajeno que le sirve para anestesiar sus propias miserias. Aquello de la paja en el ojo ajeno pero no la viga en el propio, ya saben. Pero es que, además, el “arreglavidas” no necesita ni que le pregunten. Adelanta a la inteligencia artificial por la derecha, sortea el obstáculo del propio interesado, coge a otro solucionador de problemas vitales y arrancan en el siguiente nivel. “Ella (o él) lo que tendría que hacer es…” Aquí el despelote y despelleje es total. Como el (o la) desafortunado protagonista no está presente ni participa de ese torrente de sabios consejos, la imaginación y la mala leche se aúnan para construir un relato que justifique tanta buena intención. Chúpate esa algoritmo, que tú sólo sabes basarte en hechos objetivos y los “arreglavidas” pervierten, malinterpretan e incluso mienten.

En fin, que la vida está muy mala y se avecinan tiempos complejos. Pero siempre ha habido valores seguros. Igual que, en lo económico, el oro se pule al bitcoin, el “arreglavidas”, en lo profesional, siempre tendrá tajo.

QOSHE - Los arreglavidas - Fernando Collado Rueda
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Los arreglavidas

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02.01.2024

Amí estas fechas me traen siempre olor a novedad. Además de los típicos propósitos de nuevo año ese aroma de lo que está por venir me hace cuestionarme cómo será el futuro. Últimamente se habla mucho de cómo van a cambiar o incluso desaparecer algunas profesiones ante el avance imparable de la inteligencia artificial. Y es que claro, en determinadas parcelas, resulta difícil competir con un algoritmo que se sabe todas las respuestas y además te las plantea de forma que cualquiera las podemos entender. Pero, por descontado, algunos oficios nunca serán superados por este invento. Si una labor tiene futuro,........

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