Francisco Gómez de Quevedo y Villegas y Santibáñez Cevallos, nació en Madrid el 14 de septiembre de 1580. Murió en Villanueva de los Infantes, el 8 de septiembre de 1645. Escritor y político del Siglo de Oro. Una de las personalidades más fascinantes, apasionadas y audaces de la historia de España y de las letras hispanas. Su trascendencia permanece sin merma. Sucede cuando no hay engaños con respecto a los afanes por estudiar, experimentar y pensar la naturaleza humana. A través del tiempo nos enseña Quevedo “La soberbia nunca baja de donde sube, porque siempre cae de donde subió”. En la Biblioteca Virtual Cervantes podemos leer toda su obra. En estos azarosos tiempos de persecución a la libertad y de injustica, se hacen contundentemente presentes los sonetos que dedicó a la justicia, y las ambiciones de poder. Soneto LI b. Enunciado: Un delito igual se reputa desigual si son diferentes los sujetos que le comenten, y aún los delitos, desiguales. Dice: “Si de un delito propio es precio Lido la horca, y en Menandro la dilema, ¿quién pretendes, ¡oh Júpiter! que tema el rayo a las maldades prometido? Cuando fueras un pobre endurecido, y no del cielo majestad suprema, gritaras, tronco, a la injusticia extrema, y, dios de mármol, dieras un gemido. Sacrilegios pequeños se castigan; los grandes en los triunfos se coronan, y tienen por blasón que se los digan. Lido robó una choza, y le aprisionan; Menandro un reino, y su maldad obligan con nuevas dignidades que le abonan”. El autor de La vida del Buscón (1626) brillante novela picaresca, nos recuerda “Ningún vencido tiene justicia si lo ha de juzgar su vencedor”. La tradición de la cultura política española, de la Hispanidad, nos enseña que jamás hay que rendirse a la injusticia. Véase el racional vitalismo. El título del soneto LII a, dice: El pecar intercede por los premios, prefiriéndose a la virtud. “Si gobernar provincias y legiones ambicioso pretendes, ¡oh Licino!, procura que el favor que desatino aseguren de infames tus acciones. No merezca ninguno las prisiones mejor que tú, pues cuanto más vecino al suplicio te vieres, el destino más te apresurará las elecciones. Felices son y ricos los pecados; ellos dan los palacios suntuosos, llueve el oro, adquieren los estados. Alábense los hombres virtuosos; más para los que viven alabados, quien los alaba elige los vicios”.

QOSHE - Sonetos de Quevedo a la justicia y el poder - Irene Gálvez
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Sonetos de Quevedo a la justicia y el poder

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28.12.2023

Francisco Gómez de Quevedo y Villegas y Santibáñez Cevallos, nació en Madrid el 14 de septiembre de 1580. Murió en Villanueva de los Infantes, el 8 de septiembre de 1645. Escritor y político del Siglo de Oro. Una de las personalidades más fascinantes, apasionadas y audaces de la historia de España y de las letras hispanas. Su trascendencia permanece sin merma. Sucede cuando no hay engaños con respecto a los afanes por estudiar, experimentar y pensar la naturaleza humana. A través del tiempo nos enseña Quevedo “La soberbia nunca baja de donde sube, porque siempre cae de donde........

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