Quienes se quieren demasiado desprecian todo lo que queda más allá de sí mismos y se conducen por la vida dejando víctimas en la cuneta. Permítame un consejo, querido lector, identificarlos y mantenerlos a cierta distancia sin entrar en su juego nos ahorrará más de un disgusto, y como mal menor, un mal sabor de boca. ¿A que conoce a alguien así? Todos tenemos a cierta distancia algún “ombligo del mundo”.

De boca de Cristiano Ronaldo saco este entrecomillado: “Me silban porque soy guapo, rico y un gran jugador”.

Este trastorno de la personalidad, el de los que están encantados de conocerse a sí mismos, es irreversible e irreductible porque es como que saben más que el resto. Ahora bien, ¿quién es el listo que les hace una observación? Estos no mejoran con la edad. Todo lo contrario, ya que la mayoría de rasgos de personalidad que tienen un “aroma a psicopatología” suelen empeorar con la edad.

No estoy muy seguro de que cada día haya más, lo que sí creo es que se les nota más porque ya no disimulan. Por mucho que creamos que conocemos a alguna persona con estos rasgos, cada día y conforme pase el tiempo la “patología” se irá acrecentando. En ello influye la impunidad con la que se desenvuelven, que favorece que estén poseídas y en sus cabales y se apliquen como mucho desparpajo y muy creídas de lo que dicen y pregonan.

Estamos hablando de personas con baja autoestima, inseguras, con baja capacidad, nula autocrítica y conocedoras de su valía, que se apoyan en sus relaciones para imponer sus criterios a los demás, intentando siempre llevar la razón. Estos criterios casi siempre van orientados a buscar beneficios personales tangibles o si no sobreponerse a la opinión de los demás.

En contraposición a estos especímenes se ubican las personas con una sana autoestima que a vez son críticas y agradecidas porque saben cuántos de sus valores y habilidades han sido adquiridos de los conocimientos y las enseñanzas de otras personas que, han sabido transmitir esos valores a personas que podían recoger sus frutos.

Y una pregunta que me hago y que intento contestarme: ¿Julio, crees que si algún narciso/a estuviera leyendo este suelto se daría por aludido/da?

Algunos seguro que sí y si interpretasen que va dirigido hacia ellos en primera persona, estarían planeando cómo vengarse desde el minuto cero (como dice la gente moderna hoy en día), después de leer este artículo.

QOSHE - Ombligos del mundo - Julio Gonzálvez
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Ombligos del mundo

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06.02.2024

Quienes se quieren demasiado desprecian todo lo que queda más allá de sí mismos y se conducen por la vida dejando víctimas en la cuneta. Permítame un consejo, querido lector, identificarlos y mantenerlos a cierta distancia sin entrar en su juego nos ahorrará más de un disgusto, y como mal menor, un mal sabor de boca. ¿A que conoce a alguien así? Todos tenemos a cierta distancia algún “ombligo del mundo”.

De boca de Cristiano Ronaldo saco este entrecomillado: “Me silban porque soy guapo, rico y un gran jugador”.

Este trastorno de la personalidad, el de los que están encantados de........

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