Marrakech
Si todo lo que contaba aquel moro fañoso que nos llevaba en calesa desde el aeropuerto hasta el hotel Mamounia era verdad, el Mohamed tenía que haber cumplido los 120 años, es decir, que había vivido dos vidas. Qué tío. Cuando nos bajamos del coche de punto teníamos la cabeza como un bombo. Fue en el comedor del Mamounia donde mi amigo Francisco Hernández, el Pichote, que en paz descanse (murió recién cumplidos los 40), advertido de que los........
© Diario de Avisos
visit website