Son las noticias marginales. Las caras de entusiasmo de los turistas tocándoles el culo a los soldados de bronce del monumento a los caídos, en la Plaza de España, era todo un espectáculo. Nuestro fotógrafo Fran Pallero (último premio de Fotonoviembre) captó la secuencia de los guiris manoseando las nalgas compactas de los efebos abrazados a los sables como si acabaran de inventar una tradición que diera suerte como acariciar una calva ocasional, sustituida por un glúteo con espadón.
Algunas de las cosas menores que contamos en la prensa tienen un interés excepcional porque la información se ha vuelto redundante sin encanto novedoso. Y así se deja de prestar atención a las guerras prolongadas hasta que nos dicen que en Gaza muere un niño cada quince minutos y sacan de la incubadora a los bebés neonatos por falta de electricidad en el hospital.
Nos duele y entonces evadimos el dolor con anécdotas de miniatura. Entre esas pequeñas noticias que parecen de polvo y quedan flotando en el ambiente, más de una se convierte en tema de conversación. La plaga de cangrejos de río en la charca de las ranas de mi recinto familiar, el Parque, se combatirá con anguilas en las pozas de los estanques, según se corre la voz, pues el foco de esa especie de hembras capaces de reproducirse por partenogénesis (sin el concurso de machos) crecería de modo exponencial.
Son estupendas digresiones de calderilla informativa que bajan los humos a la aristocracia de las noticias de portada, y regresamos a la infancia, a las cosas de andar por casa. ¡Qué humanos volvemos a sentirnos ante tanta realidad cruel, y qué comprensibles hablando de lo que todo el mundo entiende!
La semana pasada, en DIARIO DE AVISOS, escribía Tinerfe Fumero en la tres: “Venden viviendas en Tenerife con el okupa dentro y sin poder visitarlas”. Una suerte de transacción a ciegas orientada a compradores masoquistas que acceden a invertir su dinero atados de pies y manos. Son noticias inverosímiles que compiten con las fakes news. Anteriormente, el mismo periodista había puesto el ojo en otra noticia que tasaba en 250 euros al mes la oportunidad de dormir en una litera de una vivienda en Santa Cruz. Tal cual.
Un grupo de vecinas belgas, italianas y colombianas de Costa del Silencio salen tres veces por semana a recoger basura de aceras, plazas y jardines. “Cuando nos ven limpiar, nos dan las gracias y nos tocan la pita”, titulaba en estas páginas Juan Carlos Mateu. “Hannelore Ottevaere se cansó un día de septiembre de ver tanta suciedad en el entorno de la urbanización Chayofita, mientras que paseaba a sus dos perros y dijo: “Basta, no puedo más”. Así comienza esa historia que continúa retirando latas, cartones, botellas, un sofá o plásticos enredados en los cactus y hasta un billete de 20 euros y otro de cinco donados a un refugio de animales. A veces creemos contar lo que pasa en boca de los profetas oficiales que diseñan lo que llamamos actualidad, pero la vida está debajo, a ras de suelo, en los márgenes de lo que sucede.
El otro día, cogió el megáfono Basilio Valladares, según contó aquí Mónica Ledesma. Un científico de su talla pidió, en un audio de WhatsApp, la colaboración de los vecinos de un barrio de Santa Cruz para erradicar un mosquito capaz de provocar graves enfermedades. ¿Verdad que estas perlas dignifican el oficio de “decir a la gente lo que le pasa a la gente” (Eugenio Scalfari)?

QOSHE - En los márgenes de lo que sucede - Carmelo Rivero
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En los márgenes de lo que sucede

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14.11.2023

Son las noticias marginales. Las caras de entusiasmo de los turistas tocándoles el culo a los soldados de bronce del monumento a los caídos, en la Plaza de España, era todo un espectáculo. Nuestro fotógrafo Fran Pallero (último premio de Fotonoviembre) captó la secuencia de los guiris manoseando las nalgas compactas de los efebos abrazados a los sables como si acabaran de inventar una tradición que diera suerte como acariciar una calva ocasional, sustituida por un glúteo con espadón.
Algunas de las cosas menores que contamos en la prensa tienen un interés excepcional porque la información se ha vuelto redundante sin encanto novedoso. Y así se deja de prestar atención a las guerras prolongadas hasta que nos dicen que en Gaza muere un niño cada quince minutos y sacan de la incubadora a los bebés neonatos por falta de electricidad en el........

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