Quién es Daliso, quién desvelará a Nise? El hijo de la tierra que nació de la sangre que brotaba de la herida de Urano, cuando su hijo Cronos, por venganza al encerrar el dios a los Titanes en el Tártaro, lo castró, fue un héroe en acecho de la inmortalidad. Por ello, asentó su vida como tal entre el Olimpo y la Tierra o tomó la hierba mágica que lo hacía invulnerable a las heridas de los diestros hombres, mas no a las heridas del amor. Pues la vio, suprema deidad, y se desmayó el corazón y la soberbia divina, hijo de Dios, se desvaneció por el deleite del fuego. Ante el prodigio, se tendió. Pues Nise fue la ninfa ponderada de la belleza, de la desmedida hermosura. Y la deidad que tejió la tela diamantina del porvenir, la que constató la representación de todas las fortunas. Más lo que la completó: ser testigo de vista. Apostó los ojos y el oído ante todos los recursos del pasado. Consumó el arte preclaro de la información que probó por sí propia. Y se manifestó suprema en la sensibilidad. Así que no solo tuvo compasión de los poetas, sino que, en su sustancia, constató que habría de experimentar la perfidia de la desdicha, ella en su perturbadora perfección. Pues se constata, Venus precisa, que más de una vez la belleza resulta castigo. Y eso fue lo que unió a Nise y a Daliso, a Daliso y a Nise. Nise lo vio, Nise lo ponderó, Nise lo amó como la amó hasta el delirio el celeste Daliso. Pero los dioses denegaron el ímpetu y prohibieron el cautiverio. El uno supremo y la aurora más proverbial cayeron alejados uno del otro en el infierno. No pudieron rosar las claves de las manos ni atusar en redención los cabellos ni forjar de los pechos la tensión del arrojo ni poseerse ni el hablar por el tacto hasta la conmoción, orgasmo en trance. Ella por el fulgor, él por la sangre funesta de su esplendor. Y eso tensó la historia: la astucia grave de lo que se llama amor; el signo que sumó en el delirio a Daliso, el martirio que sumó en el arrebato a Nise. Los dos en cruce atados a la refulgencia del ardor. Mas lo que prueba la cuerda cruel de esta fortuna es lo que justifica en suprema instancia eso que se nombra como se nombró amor. Y, por eso, se canta hoy lo que le ocurrió a estos dos prototipos del entusiasmo. Ambos bebieron el dulce veneno que les proporcionó tormento y gloria, infierno y paraíso. Esa vivencia colma lo absoluto porque es singular y única. Eso ocurrió, los dos ya muertos, muertos que anuncian una conmoción: a pesar de la terrible furia que los unió, jamás los dejaron encontrarse, jamás se encontrarán. Por eso, quedarán para siempre como ejemplo de la pasión en pérdida, de la pasión que los fundió sin contacto.

QOSHE - Amantes - Domingo Luis Hernández
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Amantes

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06.04.2024

Quién es Daliso, quién desvelará a Nise? El hijo de la tierra que nació de la sangre que brotaba de la herida de Urano, cuando su hijo Cronos, por venganza al encerrar el dios a los Titanes en el Tártaro, lo castró, fue un héroe en acecho de la inmortalidad. Por ello, asentó su vida como tal entre el Olimpo y la Tierra o tomó la hierba mágica que lo hacía invulnerable a las heridas de los diestros hombres, mas no a las heridas del amor. Pues la vio, suprema deidad, y se desmayó el corazón y la soberbia divina, hijo de Dios, se desvaneció por el deleite del fuego. Ante el prodigio, se tendió. Pues Nise fue la ninfa ponderada de la belleza, de la desmedida........

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