El informe Pisa ha vuelto a ser contundente: problemas graves en comprensión, dificultades en el aprendizaje de las matemáticas o un escaso número de alumnos que sobresalen por aula. Frente a los que nos han gobernado y nos gobiernan, estas son las consecuencias de la educación española. Primero, lo que los gobiernos no han hecho a lo largo de los años es poner al sistema en manos de expertos en los diferentes niveles de la enseñanza que no son solo las materias, sino las estrategias, los planes de desarrollo que la componen. Así los alumnos en función, profesores en la suya, los padres en responsabilidad y la administración en su punto. Todos esos registros no pueden ser casuales, han de ser constantes y revisar todas sus tareas y sus determinaciones en tiempo señalado. Otro punto: el principio de autoridad en los centros. Ocurre en algunos casos que no están dotados de normativa específica para atajar los desmanes de los (algunos) alumnos. Esa previsión pasa a los padres, que en la inmensa mayoría de los casos no se comprometen con los castigos. Y eso da con lo que da, profesores y directivos que sufren lo indecible en tanto los dichos alumnos pasan sin pena y repetirán sus acciones. Porque dos valores han impuesto las mentes progresistas para el aserto y son proverbiales: el profesor no es una instancia razonable en la constatación de las normas y la civilidad en las clases y a los niños no hay que estresarlos ni con exigencias ni con ordenamientos rígidos. De lo cual se deduce el punto al que la enseñanza ha llegado (frente a la de Finlandia, por ejemplo): la responsabilidad, la dedicación y el esfuerzo en el aprendizaje no son ya las claves que se imponen. La tercera instancia es la astucia de los pedagogos que consignan: lo práctico frente a lo teórico, jugar frente a razonar. Con ello otro de los singulares arrestos que domina al oficio: el trabajo con los textos sagrados de esta cultura. La defensa: lo importante es leer, no qué leer. Y eso no se casa con ninguna buena enseñanza de este mundo. Existe el canon, el listado de los (¿100?) libros que todo alumno ha de analizar en el periodo de formación. Aquí no ocurre. Miles de alumnos pasan la enseñanza primaria y secundaria sin haber leído el Lazarillo, o qué decir del Quijote, o conocer a Shakespeare, Góngora, Quevedo, Galdós, Unamuno, Valle-Inclán, Lorca, Borges, etc., etc.. Eso que se llamó “comentario de texto” ha desaparecido. Y ahí la reflexión, el pensamiento, la expresión. De ahí lo dicho al principio, comprensión, matemáticas, porque jamás un ser se apañará con el pensamiento abstracto si no ha sido instruido para pensar. En el sistema, ni enseñanza progresiva en todos los factores ni actualizar los registros integrales ni aducir cuál es el papel con sus consecuencias de los integrantes: la administración, los padres, los profesores, los alumnos. Así nos va. Un desastre.

QOSHE - Enseñanza - Domingo Luis Hernández
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Enseñanza

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13.01.2024

El informe Pisa ha vuelto a ser contundente: problemas graves en comprensión, dificultades en el aprendizaje de las matemáticas o un escaso número de alumnos que sobresalen por aula. Frente a los que nos han gobernado y nos gobiernan, estas son las consecuencias de la educación española. Primero, lo que los gobiernos no han hecho a lo largo de los años es poner al sistema en manos de expertos en los diferentes niveles de la enseñanza que no son solo las materias, sino las estrategias, los planes de desarrollo que la componen. Así los alumnos en función, profesores en la suya, los padres en responsabilidad y la administración en su punto. Todos esos registros no pueden ser casuales, han de ser constantes y revisar........

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