Cuentan en Rusia que los dobles de Putin se parecen a Putin. ¿Por qué ha ocurrido eso durante la historia? Los dobles siempre sustituyen a los grandes hombres o a los dictadores y sátrapas políticos. ¿Por qué? Porque el poder necesita protección y siempre las indignidades tienen precio. De ese modo ha ocurrido. Luego, para el caso, sustitutos y fieles. Así consta. Por ejemplo, un mediocre y errático narrador en muchos casos lo dio a entender en la que habría de haber sido (por el riesgo formal y lingüístico) una de las mejores novelas del idioma: “El otoño del patriarca”. En el primer capítulo, García Márquez despliega, en atención a lo que el protagonista es y se comprueba (por modelo para el caso, el grandísimo Valle-Inclán de “Tirano Banderas”), la dicha funcionalidad del doble. Y atina, en principio, a componer ese artilugio sugestivo, que después destruye de manera insospechada. Lo hace cuando desvía la atención hacia asuntos más productivos para él, como el primer encuentro de Colón con los taínos, cosa que lee muy mal. En concreto, Colón “engañó” a los que llamó “indios” cambiándoles cosas sin valor para los españoles por otras muy valiosas de los contrarios. Y esa es la lectura manifiesta. Para un americanista, la visión colonial, la visión de quien ocupa gana. El valor de las cosas lo impone el que llega, no el que los encontrados le confirieron a lo nunca visto, a lo nunca tocado, a lo nunca experimentado. Infausto. Mas, frente a semejante despilfarro, otro autor genial se despliega y crea una de las obras más espléndidas de cuantas se conocen: Akira Kurosawa y su “Kagemusha” (1980). ¿Qué contiene esa delicia? Nos encontramos en el periodo Sengoku de Japón, el de la gran guerra civil que va del año 1467 a 1568. Un asunto primordial que, de nuevo, Kurosawa resuelve de manera admirable: lo épico. El señor federal Shingen está enfermo. Los principales y generales del ejército han de ocultar su desaparición a los enemigos. Y surge la maravilla: un ladrón, Nobukado, que es físicamente igual al señor. El sustituto perfecto. De ese modo se expone, en el mando, en la guerra o en la vida particular. El trato con las concubinas que descubren heridas que el señor no tiene; o el nieto que se convierte en una de las proclamas de su cariño. Cuando los principales descubren los denuestos, lo apartan de la labor. Pero él no puede excluir de sí lo que su otro le aporta. Insiste en la sombra, tanto que no le importa dar la vida en batalla por honor y por la patria. Esa es la historia: el anclaje metafísico que nos condena o la solidez ética que siempre nos pone en el lugar; hacer constar la trama de la dualidad o la constatación del real: a Putin (no a su doble) alguna vez alguien apuntará con un rifle a la cabeza y disparará.

QOSHE - Los dobles - Domingo Luis Hernández
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Los dobles

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13.04.2024

Cuentan en Rusia que los dobles de Putin se parecen a Putin. ¿Por qué ha ocurrido eso durante la historia? Los dobles siempre sustituyen a los grandes hombres o a los dictadores y sátrapas políticos. ¿Por qué? Porque el poder necesita protección y siempre las indignidades tienen precio. De ese modo ha ocurrido. Luego, para el caso, sustitutos y fieles. Así consta. Por ejemplo, un mediocre y errático narrador en muchos casos lo dio a entender en la que habría de haber sido (por el riesgo formal y lingüístico) una de las mejores novelas del idioma: “El otoño del patriarca”. En el primer capítulo, García Márquez despliega, en atención a lo que el protagonista es y se comprueba (por........

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