Dos novelas acaban de aparecer en España, A la sombra de Eisenstein: La maravillosa mente de Mileva Maric, de Marie Benedict, y Mileva Einstein: Teoría de la tristeza, de Slavenka Drakulic. Una historia camina por este mundo y pone de relieve dos aspectos: la mujer a la sombra de un genio y la tristeza. La altura del varón eclipsa a la débil por ser lo que es, la minora de sus virtudes frente al proto intelectual que fue su marido. ¿Qué se encuentra detrás de esta crónica? En primer lugar, Mileva Maric, la primera esposa del gran científico, fue una de las grandes intelectuales del siglo XX. Fue la primera chica que estudió Física en la Universidad de Zürich. Destacó como gran matemática. Superaba en ese conocimiento a su cónyuge. En la época de estudios, Einstein conoce a la muchacha. Y consolida la relación frente a su madre por ser ella cuatro años mayor que él. Se unieron desde 1903 a 1919. Era una joven que procedía de lo que hoy es Serbia, hija de una familia muy acomodada y a la que vieron muy pronto interesarse por la música, la pintura y las ciencias. Luego de los estudios primarios y secundarios, su destino era la universidad, para lo que hubo de intervenir su padre porque estaba prohibido para las mozas asistir a esas clases. Lo logró, con las máximas calificaciones. Era una joven brillante y ambiciosa, que tenía conciencia cierta de lo que habría de demostrar. ¿Qué? Einstein. Que era inteligente y dotado y que, como tal, sabía lo que estaba a su lado. Labrar un futuro juntos dentro del decurso de lo erudito. ¿Pero? Dos y no iguales. Si los fundamentos físicos y matemáticos de Mileva habrían de ser resolutivos, el rumbo de Eisenstein se separó: los átomos y moléculas. Eso le daría el Premio Nóbel y Mileva Maric fue apartada del reconocimiento. Además, Einstein jamás lo sancionó. Peor, por acuerdo fidedigno de la parte masculina de la intriga, la mujer a su labor. Así consta por contrato fidedigno: “Tendrás que encargarte de” que la ropa siempre esté en orden, que le sirvan tres comidas diarias en su habitación, que su dormitorio y estudio estén siempre en orden y que nadie merodee por su escritorio. Y, como final de la caterva, dada la relación avanzada con su prima Elsa Löwenthal, renunciar a todo tipo de relaciones personales con él, no esperar afecto de su parte; más sin reproches por lo exigido, debe responder inmediatamente cuando le dirija la palabra y ha de renunciar a denigrarlo ante sus hijos: Albert Einstein. Se sabe con certeza que la “teoría de la relatividad” la ideó una mente prodigiosa, la de Mileva Maric. ¿Qué? Por los periplos de este mundo atroz, los hombres se tragan a las mujeres. Para el caso, Mileva Maric atada a la infausta carga de la sombra y de la tristeza; la sombra y la tristeza que ahogaron su ser.

QOSHE - Mileva Maric  - Domingo Luis Hernández
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Mileva Maric 

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20.04.2024

Dos novelas acaban de aparecer en España, A la sombra de Eisenstein: La maravillosa mente de Mileva Maric, de Marie Benedict, y Mileva Einstein: Teoría de la tristeza, de Slavenka Drakulic. Una historia camina por este mundo y pone de relieve dos aspectos: la mujer a la sombra de un genio y la tristeza. La altura del varón eclipsa a la débil por ser lo que es, la minora de sus virtudes frente al proto intelectual que fue su marido. ¿Qué se encuentra detrás de esta crónica? En primer lugar, Mileva Maric, la primera esposa del gran científico, fue una de las grandes intelectuales del siglo XX. Fue la primera chica que estudió Física en la Universidad de Zürich. Destacó como gran........

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