La manera en que Europa se relaciona con el continente africano está cambiando a pasos agigantados. Lo veíamos a principio de esta semana con el anuncio de la primera ministra italiana, Georgia Meloni, que, en el marco de una cumbre con África acompañada de une veintena de jefes de Estado del continente, anunció un plan de desarrollo para África, llamado Plan Mattei, que vincula directamente grandes proyectos energéticos a los acuerdos para frenar la llegada de migrantes. Es tanto una jugada política del partido de Meloni en su gestión de la migración como geopolítica: Italia quiere liberarse definitivamente del gas ruso en dos años. Los italianos conciben este plan como la oportunidad para situarse como el enlace energético entre África y el norte y centro de Europa, tanto ara el gas como para el hidrógeno verde.
Los africanos están, y lo dicen abiertamente, hartos de grandes promesas y anuncios con cantidades financieras millonarias que nunca acaban llegando: las COP climáticas lo atestiguan desde hace muchos años. Hacen falta compromisos con proyectos reales, y que se ejecuten. Desde Canarias estamos en el lugar adecuado para ser parte de esta asociación entre Europa y Mauritania, pero también con otros países africanos, para el desarrollo energético. Nuestra experiencia, desde las universidades o desde los centros tecnológicos, como el ITC o el ITER, son el mejor aval para convertir al Archipiélago en un verdadero hub tecnológico y de innovación energética entre Europa y África.
Ese es el camino, el principal camino (y no apostarlo en exclusividad al control de fronteras) para atajar el fenómeno migratorio. Las bases de la buena relación están puestas. No solo tenemos una tradición histórica de acoger a la comunidad mauritana en Canarias sino que ellos nos corresponden con un enorme cariño. Lo pudimos comprobar personalmente en Casa África hace casi dos años, cuando el presidente mauritano pasó por nuestra sede en una visita al Archipiélago.
El futuro de nuestra adaptación energética, del combate de nuestro planeta contra el cambio climático pasa por adoptar el hidrógeno verde como nuevo vector energético. Es algo que ya he escrito en variados artículos como el que leen hoy y con lo que desde Casa África hemos insistido, no solo a través de escritos dirigidos a nuestro Ministerio de Asuntos Exteriores sino que también en eventos con representantes de países del África Occidental, en sede ministerial.
El desarrollo energético será clave para tener una mejor y más estrecha relación con nuestros vecinos africanos. Una relación basada en la asociación y el beneficio mutuos, de igual a igual. Su desarrollo y mejora económica no son una competencia para los españoles y su sector empresarial, sino una garantía de estabilidad, seguridad y prosperidad, además de una gran oportunidad de negocio.
La necesidad de este progreso la podemos constatar a diario a pie de muelle, en la mirada de todos aquellos jóvenes que desembarcan del cayuco, un barco al que nunca subirían si en su tierra hubiese las oportunidades que solo ahora empezamos a imaginar.
Lo he visto personalmente estos últimos días, en varias ocasiones, en muelles como el de Los Cristianos, en Tenerife. Yo le recomendaría a cualquiera de las personas que ocupan cargos públicos en esta tierra que en algún momento dediquen unas horas de su precioso y valioso tiempo a ver, en persona, cómo desembarca un cayuco y la inconmensurable labor que desarrollan voluntarios de Cruz Roja, médicos y personal sanitario, los responsables de Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y los esforzados tripulantes de las embarcaciones de Salvamento Marítimo.

Director general de Casa África

QOSHE - La necesaria cooperación con Mauritania (y II) - José Segura Clavell
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La necesaria cooperación con Mauritania (y II)

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06.02.2024

La manera en que Europa se relaciona con el continente africano está cambiando a pasos agigantados. Lo veíamos a principio de esta semana con el anuncio de la primera ministra italiana, Georgia Meloni, que, en el marco de una cumbre con África acompañada de une veintena de jefes de Estado del continente, anunció un plan de desarrollo para África, llamado Plan Mattei, que vincula directamente grandes proyectos energéticos a los acuerdos para frenar la llegada de migrantes. Es tanto una jugada política del partido de Meloni en su gestión de la migración como geopolítica: Italia quiere liberarse definitivamente del gas ruso en dos años. Los italianos conciben este plan como la oportunidad para situarse como el enlace energético entre África y el norte y centro de Europa, tanto ara el gas como para el hidrógeno verde.
Los africanos están, y lo dicen abiertamente, hartos de grandes promesas y anuncios con cantidades........

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