La manida y antigua idea de los dos estados como supuesta solución al problema palestino es una falacia inviable porque ni Hamás ni Hizbulá aceptarán nunca la existencia del Estado de Israel (su fundación y su propia existencia se fundamenta en arrojar a los israelíes al mar), aunque es la falacia que sirve de coartada bienpensante a la ONU -cada vez más inútil- y a todos los demócratas y democracias occidentales, en particular Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Europea. La resolución de la ONU que creaba el Estado de Israel y determinaba el futuro de Palestina cuando concluyera el mandato británico ya contenía esa división en dos Estados, que los árabes palestinos nunca aceptaron. Por eso, cuando Ben Gurión proclamó la independencia de Israel el 15 de mayo de 1948, en cumplimiento de la resolución de la ONU y de acuerdo con la autoridad británica, los ejércitos de todos los países árabes vecinos atacaron al nuevo Estado.
La propuesta de los dos estados se formuló, por primera vez, en el reparto territorial previo a 1967, conocido como la Línea Verde, y en los Acuerdos de Oslo en 1988, cuando el entonces líder palestino Yasir Arafat hablaba de “dos estados para dos pueblos”. En realidad, ya se aplica porque unos ciento treinta y nueve estados, entre ellos nueve de la Unión Europea, reconocen, de hecho, a la Autoridad Nacional Palestina como una entidad estatal. Pedro Sánchez anuncia su reconocimiento como Estado por parte del Gobierno español, pero en Madrid ya existe una delegación diplomática palestina, aunque no incorpore la condición formal de embajada.
El problema es que esa autoridad es una entidad débil y aparencial, que no controla ni su propio territorio, que está sometida a los dictados del terrorismo de la Yihad Islámica, Hizbulá y Hamás, y que no está en condiciones de garantizar ningún acuerdo. Los palestinos han optado por confrontar con Israel, que es un estado democrático, desde el terrorismo y no desde la democracia, y eso significa que el problema no tiene solución.
El único futuro posible de esta guerra es la ocupación militar israelí de Gaza, porque su retirada sería ocupada inmediatamente por Hamás, y vuelta a empezar. Al tiempo de su salida, en toda Gaza se reproducirá Hamás a partir de miles de palestinos dispuestos a la tarea. Y Egipto y Jordania ya han dejado claro que no los quieren en su territorio, por algo será. Mientras tanto, la inimaginable novedad de esta guerra es que el Gobierno de Israel parece haber abandonado a su suerte a los rehenes que permanecen secuestrados. Se rompe así la tradición de que los israelíes nunca abandonan a su gente, aunque el precio del rescate sea desproporcionado; y se constata un importante error de cálculo de sus enemigos, que están exigiendo una contrapartida inasumible. Errores, falacias y coartadas de una diabólica guerra, que Israel ya ha perdido en términos de opinión pública.
La guerra de Gaza es para Israel la vieja guerra de siempre, la guerra en la que se juega su mera existencia como estado ante unos enemigos cuyo objetivo es arrojarlos al mar. Pero los tiempos de la aplastante superioridad han pasado y la imagen de los niños palestinos masacrados mientras los adultos luchan y se juegan la vida por un paquete de ayuda humanitaria es una imagen invencible.

QOSHE - La coartada de los dos estados - Juan Hernández Bravo De Laguna
menu_open
Columnists Actual . Favourites . Archive
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close
Aa Aa Aa
- A +

La coartada de los dos estados

5 1
11.04.2024

La manida y antigua idea de los dos estados como supuesta solución al problema palestino es una falacia inviable porque ni Hamás ni Hizbulá aceptarán nunca la existencia del Estado de Israel (su fundación y su propia existencia se fundamenta en arrojar a los israelíes al mar), aunque es la falacia que sirve de coartada bienpensante a la ONU -cada vez más inútil- y a todos los demócratas y democracias occidentales, en particular Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Europea. La resolución de la ONU que creaba el Estado de Israel y determinaba el futuro de Palestina cuando concluyera el mandato británico ya contenía esa división en dos Estados, que los árabes palestinos nunca aceptaron. Por eso, cuando Ben Gurión proclamó la independencia de Israel el 15 de mayo de 1948, en cumplimiento de la resolución de la........

© Diario de Avisos


Get it on Google Play