Se suceden en todo el mundo manifestaciones en contra de Israel y en favor de Palestina y los palestinos; la mayoría de ellas sin condenar, al mismo tiempo, el terrorismo de Hamás o reclamar la liberación de los rehenes. También desconocen los manifestantes que no existe una sociedad civil palestina al margen de Hamás. Por convencimiento, por miedo o por necesidad, lo cierto es que Hamás está infiltrada y presente en toda Gaza, que fue votada por los habitantes de la Franja en contra de Al Fatah, que gobierna Cisjordania, y que, hasta ahora, ha ejercido sin oposición una cruel dictadura. Utiliza los hospitales, las escuelas y las mezquitas como centros militares, obligando a Israel a atacarlos, y miente sistemáticamente en todas sus informaciones.

Los israelíes nunca han iniciado las hostilidades; siempre, como ha ocurrido en esta ocasión, han sido empujados a una guerra en la que han tenido que participar para defenderse, para no ser borrados del mapa literalmente. En otras palabras, han sido siempre los agredidos. Sin embargo, al final han terminado siendo considerados los agresores, como está ocurriendo ahora. Israel está perdiendo la batalla de la opinión pública porque ha sido arrastrado a un escenario perverso que, además, no tiene precedente en su historia como país independiente, y que no tenía previsto en sus protocolos de gestión de crisis. Hasta ahora, los israelíes han resuelto sus enfrentamientos bélicos en muy pocos días, desde una superioridad aplastante y con un enemigo en retirada, sin dar tiempo a que se articulara ninguna crítica. Y lo ha hecho desde una situación interna de unidad y sin rehenes que liberar.

El problema para Israel es que el escenario ha cambiado radicalmente. Se ha visto arrastrado a una guerra interminable de final incierto y ha perdido su aplastante superioridad. Hoy, tiene que defenderse de dos poderosas organizaciones terroristas, Hamás y Hizbulá, llamado el Partido de Dios, que actúan como Estados y que proclaman su intención de exterminar a los israelíes como su única razón de ser. Tienen una retaguardia social y económica poderosa y cómplice, mientras Israel está perdiendo el apoyo de Estados Unidos, su sociedad se ha dividido y se ha mostrado incapaz de liberar a los rehenes secuestrados. La victoria de Trump en noviembre, por ejemplo, significaría un cambio muy negativo para sus intereses. Y la excesiva prolongación de la guerra significa que debe mantener movilizados a los reservistas, los soldados no profesionales, que han abandonado sus trabajos habituales, con unos efectos muy negativos sobre la economía israelí.

La guerra de Gaza es, para Israel, la vieja guerra de siempre, la guerra en la que se juega su mera existencia como Estado ante unos enemigos cuyo objetivo es arrojarlos al mar. Pero la vieja guerra tiene una cara nueva, los tiempos de la aplastante superioridad han pasado, y la imagen de los niños palestinos masacrados mientras los adultos luchan y se juegan la vida por un paquete de ayuda humanitaria es una imagen invencible. Por primera vez en su historia, un sector importante de la sociedad israelí está exigiendo la paz a cualquier precio, un precio inimaginable en el pasado que sería muy parecido a una derrota militar.

QOSHE - Una guerra vieja con cara nueva - Juan Hernández Bravo De Laguna
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Una guerra vieja con cara nueva

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14.03.2024

Se suceden en todo el mundo manifestaciones en contra de Israel y en favor de Palestina y los palestinos; la mayoría de ellas sin condenar, al mismo tiempo, el terrorismo de Hamás o reclamar la liberación de los rehenes. También desconocen los manifestantes que no existe una sociedad civil palestina al margen de Hamás. Por convencimiento, por miedo o por necesidad, lo cierto es que Hamás está infiltrada y presente en toda Gaza, que fue votada por los habitantes de la Franja en contra de Al Fatah, que gobierna Cisjordania, y que, hasta ahora, ha ejercido sin oposición una cruel dictadura. Utiliza los hospitales, las escuelas y las mezquitas como centros militares, obligando a Israel a atacarlos, y miente sistemáticamente en todas sus informaciones.

Los israelíes nunca han iniciado las........

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