El subjuntivo es un tiempo del verbo en el que el deseo nunca acaba por convertirse en realidad; el condicional es la primera premisa de un silogismo que no se cumple si, en paralelo, no ocurre otra cosa de la que depende, y el futuro es la manifestación rotunda de la voluntad. Pueda, podría y podré son las alternativas de la condición humana ante los hechos. Cada mañana me levanto con estas tres ideas en la cabeza, y a medida que leo la prensa me doy cuenta de su relativización. He decidido arrinconar por un tiempo al subjuntivo y al condicional y así apostar fuertemente por el futuro. Créanme que me lo ponen difícil. Hoy he leído lo de Borrell en Valladolid. En la información de El País se deja ver que Israel permitió la entrada de dinero en Gaza, procedente de Qatar, para que Hamás estuviera tranquilito y no montara pollos terroristas. Parece que esto no le salió bien, a la vista de los resultados. Hamás fue creado por un general israelí, en 1987, para impedir el crecimiento de la OLP. No sé si desde entonces ha estado haciendo túneles en Gaza, ni con qué dinero lo ha hecho. Lo importante es que el Mozad debería saber todas estas cosas. No hacía falta que Borrell nos las venga a descubrir desde Valladolid. El hecho es que, de la noche a la mañana, hemos pasado del pueda ser, del subjuntivo, del pudiera ser, del condicional, y del podrá ser, del futuro, al rotundo es, del presente afirmativo, que es un tiempo verbal que me acabo de inventar. Es curioso que estas cosas pasen a ser un descubrimiento porque las diga Borrell cuando le imponen el birrete. La escena internacional tiene secretos a voces de los que la prensa parece no enterarse. La pregunta es por qué el responsable de la diplomacia europea he elegido este acto protocolario y sin alcance político aparente para hacer estas declaraciones. El mundo de los espías y de los agentes secretos está lleno de misterios y es complicado meter las narices en él. Yo no me siento como Ian Fleming, Frederic Forsyth o Alberto Vázquez Figueroa para andar cómodo por esos territorios complicados. Ahí los malos se convierten en buenos porque siempre hay un poder oculto que es más perverso que ellos. Siempre sale mal, como lo de los talibanes, que fueron creados por Estados Unidos para echar a los rusos de Afganistán. Meter las narices ahí es bastante arriesgado. Yo que tú no lo haría, forastero. Desde 1958, un poco después de crearse el estado de Israel, fue fundada Al-Fatah, por su líder Yaser Arafat, dispuesto a conseguir el reconocimiento de Palestina. Mi amigo Cuco Cerecedo estaba por allí, a mitad de los sesenta, haciendo de corresponsal. Muchos dijeron que su muerte, em 1977 tuvo que ver con eso. Siempre ha sido peligroso este ambientes de chacales y de conspiraciones. La diplomacia tiene mucho que ver con la discreción y con la oportunidad. Por eso me pregunto por qué el máximo responsable de la materia en la UE se convierte en vocero de un secreto que todos conocían, aprovechando un acto amable en la Universidad. Deben ser cosas del subjuntivo y del condicional, asuntos que me hacen creer cada vez menos en el futuro.