Hay una sensación agridulce después de la investidura. Aparte de los editoriales triunfales obligados, los comentarios giran en torno a los problemas de una legislatura con dificultades. No hace falta que las calles se llenen de protesta, el problema está en el interior del pacto y en las tremendas trabas para cumplir su compromiso. Miriam Nogueras ha dicho con claridad que el muro levantado contra la derecha no es lo que le interesa y le ha recomendado a Sánchez que no tense a su suerte. Los catalanes no se irán con las manos vacías, como ocurrió en los cuatro años anteriores, y recordarán cada día que no quieren que los perdonen, que no han venido a eso, sino a vigilar estrictamente el cumplimiento de lo acordado. Máxime este año que hay elecciones autonómicas y todos se empeñarán en demostrar a quién le han tomado más el pelo. La cara de Sánchez escuchando a la señora Nogueras era un poema, y más dramática aún cuando tuvo que empeñar su palabra y la de su partido, por exigencia de la portavoz de Junts. Sin embargo, la prensa elige destacar que en Madrid le mandan cestas de frutas a Ayuso, y que Ismael Serrano le pone coletillas a los versos de Machado, imitando a Serrat, que también lo hacía. En fin, cada uno intenta disfrazar el dramatismo de la situación de la mejor forma que puede. Todo se construye sobre una gran mentira: el pueblo ha votado esto. No es verdad. El pueblo nada tiene que ver con que esta legislatura pivote sobre la amnistía y la autodeterminación. No ha sido consultado para eso. Veremos qué dicen las encuestas después de que los grupos parlamentarios se han quitado la careta y han sido obligados a llamar a las cosas por su nombre. Junts no es ERC, ni Puigdemont es Rufián. No les une la ideología progresista que les haga sustentar el muro de la exclusión de la derecha. Lo mismo ocurre con el PNV y Bildu, emparejados de forma artificial en un bloque progresista. Veremos en qué quedan las agendas sociales de Yolanda cuando tengan que ser apoyadas por la parte conservadora del pacto. Todo aquí está cogido con alfileres mientras la trompetería suena anunciando cambios históricos y las calles se llenan de protesta. Estamos interpretando al pie de la letra, pero al revés, las recomendaciones de la Jefatura del Estado, hace unos días en Asturias. El rey es la única representación intacta del llamado régimen del 78, el bloque progresista, tomados uno a uno, está en contra de sus recomendaciones. Este es el panorama glorioso que nos hace ver cómo la izquierda baila la sardana mientras tocan las dulzainas desde Waterloo. He de confesar que me entristece contemplar esta alegría falsa que intenta tapar el drama por el que atravesamos. España se recuperará, pero, cuando empiece el declive, a los actores de esta situación les va a ser difícil hacerlo. Deberían mirar a Europa para comprobar lo que pasa en países donde fueron víctimas de errores parecidos. No se trata del tsunami de la ultraderecha. Es otra cosa. Todos dicen que Sánchez es un resistente, por eso el socialismo mantiene la esperanza de que se convierta en el último bastión que quede vivo en el continente, pero acabará asfixiándolo el populismo de lo que tiene a su izquierda y las ambiciones incontenibles del independentismo, que ya ha mordido y no va a soltar la presa.

QOSHE - Después de la investidura - Julio Fajardo Sánchez
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Después de la investidura

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20.11.2023

Hay una sensación agridulce después de la investidura. Aparte de los editoriales triunfales obligados, los comentarios giran en torno a los problemas de una legislatura con dificultades. No hace falta que las calles se llenen de protesta, el problema está en el interior del pacto y en las tremendas trabas para cumplir su compromiso. Miriam Nogueras ha dicho con claridad que el muro levantado contra la derecha no es lo que le interesa y le ha recomendado a Sánchez que no tense a su suerte. Los catalanes no se irán con las manos vacías, como ocurrió en los cuatro años anteriores, y recordarán cada día que no quieren que los perdonen, que no han venido a eso, sino a vigilar estrictamente el cumplimiento de lo acordado. Máxime este año que hay elecciones autonómicas y todos se empeñarán en demostrar a quién le han........

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