El profesor preguntó al alumno:

-¿Qué es un calorímetro?

-Es un aparato, que si está bien construido, desempeña perfectamente las funciones para las que ha sido encomendado.

-Bien, vamos a concretar: ¿cuántas clases de calorímetros hay?

-Atendiendo a su tamaño, se dividen en grandes pequeños y medianos.

-Por poner un ejemplo, ¿puede haber un calorímetro del tamaño de una caja de fósforos?

Y el alumno, señalando el hueco entre el índice y el pulgar, respondió:

-Si es así, sí.

Ustedes podrán decir que el alumno salió airoso del examen, que el profesor lo aprobó elogiando su ingenio para escapar de la ignorancia. Así ocurrió porque hizo de la necesidad virtud y aportó razones suficientes para poder afirmar que no dejó ninguna de las preguntas en blanco. Al contrario, respondió con toda la solvencia de que fue capaz. No obstante, algunos recalcitrantes dijeron que se salió por plataneras, que es como se refieren algunos aquí a cierto cante flamenco.

Todo es tan relativo que estamos dispuestos a iniciar una discusión existencial por cualquier bagatela. Necesidad y virtud son dos términos positivos que sirven para calificar a una acción que algunos consideran negativa. Es cuestión de pareceres, como todo en la vida. ¿Qué más da cómo se defina un calorímetro si al final funciona, que es lo que importa? Además, para qué nos vamos a enrollar con un aparato que casi nadie conoce. ¿Le suponemos que es bueno? Pues ya está.

Hay quien se empeña en lo imposible y continúa con los discursos aclaratorios mientras los otros se dedican a desacreditarlos. Habría que preguntarles si un calorímetro es lo mismo que un termómetro. La respuesta sería que uno mide el calor y el otro la temperatura. ¿Y no es lo mismo? Pues no señor, porque uno es una cantidad física y lo otro es una diferencia, algo que se establece en función de un patrón establecido. Quiero decir que lo necesario y virtuoso lo es por comparación. Estamos llegando al fondo. Igual que un calorímetro, lo que para unos resulta necesario, para otros es innecesario, y hasta truculento; y lo virtuoso se convierte en pecaminoso, según se mire. En realidad, solo hablamos de calorímetros, y como dijo el alumno enteradillo, los puede haber grandes, pequeños y medianos. En eso consiste su grandeza.

QOSHE - El calorímetro - Julio Fajardo Sánchez
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El calorímetro

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29.11.2023

El profesor preguntó al alumno:

-¿Qué es un calorímetro?

-Es un aparato, que si está bien construido, desempeña perfectamente las funciones para las que ha sido encomendado.

-Bien, vamos a concretar: ¿cuántas clases de calorímetros hay?

-Atendiendo a su tamaño, se dividen en grandes pequeños y medianos.

-Por poner un ejemplo, ¿puede haber un calorímetro del tamaño de una caja de fósforos?

Y el alumno, señalando el hueco entre el índice y el pulgar, respondió:

-Si es así, sí.

Ustedes podrán decir que el alumno salió........

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