Pasado el Carnaval y las elecciones gallegas (la vida sigue igual) vuelve a primer plano, si ha dejado de estarlo en algún momento, cómo dar carpetazo al procés, un problema que ha provocado la grave crisis institucional que acapara y monopoliza la pelea del PP y el PSOE por hacerse o no perder el Gobierno. Pedro Sánchez, claro perdedor en el pulso gallego, se encuentra en una complicada encrucijada, algo así como haber rebasado temerariamente el semáforo en ámbar al entrar en un cruce. No puede dar marcha atrás ni quedarse parado en la intersección para evitar accidentes. Puede acelerar y salir del aprieto con el semáforo en rojo, pero la cámara de fotos y la Cámara de los Diputados le han tomado la matricula. Sin prejuzgar lo que vayan a decir el Tribunal Constitucional y/o la Unión Europea si se aprueba la ley, todo parece indicar que el proyecto de amnistía superará el trámite del Congreso de los Diputados porque, aunque la desconfianza es máxima y mutua entre las partes, Pedro Sánchez necesita pasar página y despejar el camino de la Legislatura y Puigdemont dejar de mirar de reojo para ver si le van a detener, además de exhibir ante la parroquia catalana que ha ganado a ERC y capitalizar la amnistía. En el Senado el PP, que tiene mayoría absoluta, podrá estirar el tiempo de tramitación del proyecto e introducir enmiendas, pero decaerán cuando el texto vuelva al Congreso para su aprobación definitiva. Ojalá esta forzada ley, si alcanza a serlo, sea el lenitivo que la sociedad catalana necesita para ensanchar el camino de la reconciliación, pero no estaría de más tener un plan B, porque la amnistía ha sido una cesión excesiva y probablemente innecesaria, una pasada de frenada de Sánchez, que quizá podría haber obtenido el mismo resultado con un compromiso de indultos individuales para Puigdemont y los demás implicados, como se hizo con los acusados que no huyeron en el maletero de un coche, se sentaron en el banquillo y pasaron por la cárcel. ¿O alguien piensa que Puigdemont tiene aún cuerda para resistir con el risible disfraz de exiliado y su extravagante consejo de la república? Si Sánchez hubiese actuado con prudencia y menos prepotencia y buscado el apoyo del PP para encauzar el problema, o al menos lo hubiese intentado, nos habría ahorrado el lamentable espectáculo de ver al presidente del Gobierno tratando de encajar a martillazos la amnistía en la Constitución, siguiendo el manual de instrucciones confeccionado a su medida por los propios amnistiados. Lo nunca visto. Es como si el presidente Calvo Sotelo se hubiese sentado con Milans, Armada y Tejero en 1981 a negociar con ellos las condiciones de una amnistía para reintegrarse en las Fuerzas Armadas. El procés y la intentona del 23 F se dieron de bruces con la misma piedra constitucional, el artículo 1, que establece que la soberanía reside en el pueblo español y que España es una Monarquía parlamentaria, y con el título VIII, la organización territorial del Estado, las autonomías, que a los del 23 F les parecía excesivo y al procés insuficiente. La política es siempre una caja de sorpresas. Cuando en plena campaña gallega Feijóo arremetía contra Sánchez porque solo a él se le podía ocurrir indultar o amnistiar a los independentistas, desde las más altas fuentes del partido se trasladó a un grupo de periodistas que también el PP había hablado con ellos para obtener el apoyo. Eso sí, dicen ahora, que solo si mediaba el arrepentimiento y pedían perdón, y no como lo ha hecho Sánchez. Son…, con música de Rosendo, maneras de vivir, de indultar o reconciliar. Persiste la nebulosa sobre la actuación del PP y sus presuntas relaciones con los independentistas para madrugar a Sánchez el respaldo para ser presidente. Sería muy escandaloso que la porfía por obtener el apoyo de un prófugo de la Justicia hubiese producido una puja y el alza del precio a pagar por la investidura. Feijóo, ahora fuerte después del éxito del PP en Galicia, debe explicar cuál es su propuesta para superar la crisis en Cataluña. Si mantiene que hay que buscar una salida de reconciliación, debe decirlo de manera clara, ser coherente y exigir que lo sean los portavoces y voceros del PP. La obstrucción a las medidas de gracia sin una propuesta alternativa solo sirve para reducir la implantación del PP en Cataluña y alejarle de la posibilidad de alcanzar el gobierno de España.

QOSHE - Maneras de indultar - Laureano García
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Maneras de indultar

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20.02.2024

Pasado el Carnaval y las elecciones gallegas (la vida sigue igual) vuelve a primer plano, si ha dejado de estarlo en algún momento, cómo dar carpetazo al procés, un problema que ha provocado la grave crisis institucional que acapara y monopoliza la pelea del PP y el PSOE por hacerse o no perder el Gobierno. Pedro Sánchez, claro perdedor en el pulso gallego, se encuentra en una complicada encrucijada, algo así como haber rebasado temerariamente el semáforo en ámbar al entrar en un cruce. No puede dar marcha atrás ni quedarse parado en la intersección para evitar accidentes. Puede acelerar y salir del aprieto con el semáforo en rojo, pero la cámara de fotos y la Cámara de los Diputados le han tomado la matricula. Sin prejuzgar lo que vayan a decir el Tribunal Constitucional y/o la Unión Europea si se aprueba la ley, todo parece indicar que el proyecto de amnistía superará el trámite del Congreso de los Diputados porque, aunque la desconfianza es máxima y mutua entre las partes, Pedro Sánchez necesita pasar página y despejar el camino de la Legislatura y Puigdemont dejar de mirar de........

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