El Concurso es una mierda. Vaya por delante, para autores, intérpretes, medios de comunicación, espectadores, empleados municipales, políticos, colaos. Es una porquería, un aburrimiento sin precedentes que solo lo mantiene en pie la vanidad. Es insoportable horas y horas en butacas incómodas para ver una inmensa mayoría de agrupaciones sin interés, con la esperanza de escuchar alguna letra que podamos recordar días después, cosa difícil. Si no fuera por ese afán de protagonismo de autores, intérpretes , redactores de medios de comunicación e incluso espectadores, no habría concurso. La mayoría de los repertorios no se entienden, y cuando uno es capaz de comprenderlos son tan malos que se olvidan con facilidad. Eso sí, los autores e intérpretes se darán abrazos tras la actuación, harán declaraciones donde explicarán lo maravilloso que es lo que han cantado, los meses de sacrificio que llevan para poder ir al Falla. Los comentaristas sentarán doctrina como el que comenta una ópera o una sinfonía, dejando sentado lo que ellos saben. Los locutores y redactores, algunos incluso periodistas, conducirán sus programas de radio y televisión con esa impostación misma. Las reporteras (la mayoría son mujeres) que entrevistan en camerinos y en el escenario, harán todo tipo de aspavientos, risas sofronizadas, como si fuera menester gritar más que los propios intérpretes. Perdón si me sale un artículo acuaresmado, nada más lejos de mi intención, tan solo recordarle al personal lo aburrido que es todo esto. Los que escriben pueden esforzarse en contarnos el valor simbólico de cada aditamento del disfraz, comentar lo bueno o malo que es un repertorio, los motes de la peña. Sevilla Pecci se toma tan en serio todo este circo que se pone a insultar a los comentaristas del Diario en lugar de tomárselo con la indiferencia de las cosas banales. Martínez Ares podrá cantar un pasodoble la mitad en catalán, como el que ha descubierto la rueda, pero por mucho énfasis en insultar a Pedro Sánchez o en pedir que se vayan los catalanes, no tendrá el menor impacto. El público se pondrá de pie con esta letra como se pondrá de pie con una que dijera lo contrario. El Gago dirá que no le gusta Joaquín ni su mujer, y esta se pondrá hecha una fiera como si a todo el mundo nos tuviera que gustar el exjugador del Betis e incluso importarnos lo más mínimo toda su familia. Unos niños cantan en varios idiomas peninsulares y en las radios y televisiones lo toman como si en Cádiz pensásemos con ese buenismo blandiblú del autor del pastiche. Todo un circo de vanidades donde los protagonistas se sienten importantes. Y, como escribió Cervantes: fuesen y no hubo nada.

QOSHE - La nada absoluta - Fernando Santiago
menu_open
Columnists Actual . Favourites . Archive
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close
Aa Aa Aa
- A +

La nada absoluta

2 0
29.01.2024

El Concurso es una mierda. Vaya por delante, para autores, intérpretes, medios de comunicación, espectadores, empleados municipales, políticos, colaos. Es una porquería, un aburrimiento sin precedentes que solo lo mantiene en pie la vanidad. Es insoportable horas y horas en butacas incómodas para ver una inmensa mayoría de agrupaciones sin interés, con la esperanza de escuchar alguna letra que podamos recordar días después, cosa difícil. Si no fuera por ese afán de protagonismo de autores, intérpretes , redactores de medios de comunicación e incluso espectadores, no habría concurso. La mayoría de los repertorios no se entienden, y cuando uno es capaz de........

© Diario de Cádiz


Get it on Google Play