A despecho de las palabras del fundador del Partido Popular, Manuel Fraga, cuando siendo ministro del Gobierno de Arias Navarro, designado por Franco, dijo aquello de “la calle es mía”, las vías y plazas públicas de España no son de nadie y son de todos. Por eso las manifestaciones de este pasado domingo, convocadas precisamente por el PP heredero de Fraga, son una exaltación y confirmación de la democracia. Y por eso también, los asedios a sedes de partidos con gritos y vestimentas amenazantes son lo contrario.

Los asistentes a esas concentraciones legales tienen motivos serios y defendibles para su protesta. Exactamente igual que los que no fuimos las tenemos para no acudir a esas llamadas. La primera de ellas son las proclamas anteriores de los líderes convocantes, el tono exaltado advirtiendo del hundimiento de la nación y el advenimiento de una “dictadura” si la ley de amnistía sale adelante, y los consiguientes calificativos de “autócrata” al líder de tal iniciativa, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al que quieren mandar a prisión sin juicio.

Es difícilmente calificable de dictatorial una ley que saldrá (si sale) con el apoyo de la mayoría absoluta de un Congreso elegido democráticamente y por la decisión de un presidente elegido por la misma mayoría. La ley tendrá todos los defectos y elementos criticables que se quiera, pero no el de ser producto de un régimen absolutista. Si es constitucional o no lo dictaminará el Alto Tribunal encargado de ello, aunque, en prevención de un dictamen positivo, el PP ya se ha apresurado a tildar de ‘tribunal de parte’ al TC. Nada dice sobre la parcialidad del actual CGPJ.

Hablar de “gobierno ilegal” como hace Vox, o decir como el PP que si Pedro Sánchez sale elegido de nuevo presidente (por cierto, con mayor apoyo parlamentario que el que tuvieron en alguna ocasión Aznar, Rajoy y González) se estará cometiendo un “fraude electoral” es más grave de lo que siquiera sienten los que pronuncian esas palabras.

Se puede estar en contra o a favor de la amnistía sin ser un facha ni un traidor. La misma buena voluntad hay que reconocerle a los primeros como a los segundos. Que Sánchez no habría apoyado la amnistía si no hubiera necesitado los votos de Junts para su investidura es una evidencia tal que no necesita mayor comentario. Pero a muchos, que no nos presentamos a ninguna elección ni lo haremos nunca, nos gustaría que saliera bien.

QOSHE - Estas manifestaciones - Manolo Fossati
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Estas manifestaciones

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14.11.2023

A despecho de las palabras del fundador del Partido Popular, Manuel Fraga, cuando siendo ministro del Gobierno de Arias Navarro, designado por Franco, dijo aquello de “la calle es mía”, las vías y plazas públicas de España no son de nadie y son de todos. Por eso las manifestaciones de este pasado domingo, convocadas precisamente por el PP heredero de Fraga, son una exaltación y confirmación de la democracia. Y por eso también, los asedios a sedes de partidos con gritos y vestimentas amenazantes son lo contrario.

Los asistentes a esas concentraciones legales tienen motivos serios y defendibles para su........

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