Es apabullante la capacidad que tienen los políticos (vale, determinados políticos, bueno, casi todos) y todo su séquito para hacer que veamos las cosas según el color del cristal que ellos quieran ponerle a nuestras gafas. También la manera en que muchos comentaristas se transmutan en políticos a la hora de analizar la realidad y convertirla en su realidad. A ver, Galicia acaba de celebrar unas elecciones autonómicas en las que el resultado ha sido básicamente el mismo que en todas las anteriores de este ya largo y esperemos que inacabable ciclo democrático. Es decir, que el PP gobernará otra vez sin problemas, con mayoría absoluta como en los últimos 16 años y en el poder como en casi todos los anteriores.

Sin embargo, la conclusión de los vencedores parece sacada de una victoria inesperada y noticiosa, cuando la sorpresa habría sido el resultado contrario, y tanto ellos como sus comentaristas de cabecera se apresuran a proclamar la estrepitosa derrota de Pedro Sánchez, que creo que no se presentaba, e incluso “la desaparición del PSOE en España”. Nada nuevo bajo el sol que ha decidido que este año no va a dejar de calentar.

Si siguiéramos la politiquera costumbre de extrapolar resultados autonómicos y municipales al escenario nacional resultaría difícil explicar que precisamente Pedro Sánchez esté gobernando, y mucho más difícil aún entender cómo el PP no ha desaparecido ya, a tenor de sus fracasos sonoros y repetidos en Cataluña y el País Vasco.

Es evidente el batacazo de los socialistas gallegos, tanto como que eso no puede haber sentado bien precisamente en la sede de Ferraz y en la Moncloa, pero harían mejor los populares del noroeste español en preocuparse por el auge del nacionalismo en su territorio, que ha alcanzado sus cotas históricas más altas y que ha recogido buena parte de los votos que antes iban a los socialistas. Es también claro que, al contrario, la pérdida del gobierno en Santiago de Compostela, habría acarreado grandes dificultades para el liderazgo de Feijóo, quien se jugaba mucho más que Sánchez en esta cita electoral, y de ahí también su euforia y el alivio que transmitía su rostro en la noche del domingo.

Celebren los populares y la mayoría de los votantes gallegos su victoria como se merece, porque ha sido obtenida en buena lid y con el indudable mérito de lograr la confianza constante de su pueblo, pero déjennos fuera de la jugada a los demás, que no tuvimos en esta partida voz ni, mucho menos, voto.

QOSHE - Galicia, por sí - Manolo Fossati
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Galicia, por sí

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20.02.2024

Es apabullante la capacidad que tienen los políticos (vale, determinados políticos, bueno, casi todos) y todo su séquito para hacer que veamos las cosas según el color del cristal que ellos quieran ponerle a nuestras gafas. También la manera en que muchos comentaristas se transmutan en políticos a la hora de analizar la realidad y convertirla en su realidad. A ver, Galicia acaba de celebrar unas elecciones autonómicas en las que el resultado ha sido básicamente el mismo que en todas las anteriores de este ya largo y esperemos que inacabable ciclo democrático. Es decir, que el PP gobernará otra vez sin problemas, con........

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