Cuando salí del colegio aún había dos mapas de Europa, el físico y el político. Al parecer hoy existe uno más, el de la marihuana, que acaba de cambiar sus fronteras. Desde el pasado lunes los ciudadanos alemanes ya pueden cultivar y estar en posesión de esta droga sin salirse de la legalidad, lo que sitúa al país teutón dentro del eje del cannabis recreativo, junto a Malta y Luxemburgo. Los mayores de 18 años pueden poseer hasta 25 gramos en público y 50 en el hogar, además de tener tres plantas y unirse a clubs sociales de cultivo comunitario de cannabis sin ánimo de lucro.

El asunto no ha sido pacífico dentro del país, dividido entre los mensajes apocalípticos de la oposición democristiana y el éxtasis de los consumidores habituales, cuya cifra se estima en más de 4,5 millones de almas. Han celebrado la caída de este muro legal con una “gran fumada” nocturna en la Puerta de Brandeburgo.

El paso dado por Alemania es ya seguido de cerca por las autoridades sanitarias españolas. Pero la nueva regulación podría tener un impacto más inmediato en zonas de España que se han convertido en el jardín (trasero y feo) de Europa. La otra cara del mapa, la de los territorios suministradores. ¿Se hunde una parte del negocio si de repente hay millones de clientes que ahora pueden sembrar sus propias plantas?

En muchos de nuestros barrios y pueblos el cannabis es en un modo de vida. Hay listas de boda en las que ya no encuentras la tele o la cubertería; sino abonos, maceteros y lámparas de calor. Los invitados sufragan el porvenir de la pareja, que espera poder amueblar de maría más de una habitación.

En este clima de cierta permisividad y humor negro, triunfan series como The Gentlemen, cuyo protagonista es un duque inglés heredero de uno de esos castillos y patrimonios tan inmensos como ruinosos, que solo consigue salvar con un latifundio de marihuana bajo tierra. El tipo puede mantener su pompa aristocrática mientras se codea con la baja estopa del tráfico y el blanqueo, porque (sólo) se trata de marihuana.

Lo de la droga simpática es un trampantojo que esconde graves problemas sociales y humanos. Mafias, armas, vuelcos, violencia, jóvenes hechizados por el dinero fácil y cortes de luz. Todo bajo el paraguas de una legislación muy laxa que atrae, porque compensa. Fiscales y policías piden que se endurezcan las penas y advierten de que esto se va de madre. ¿Más cárcel o legalización? ¿De qué color pintamos nuestro mapa? Los alemanes y su experimento de los 25 gramos por cabeza pueden tener la respuesta.

LA ministra portavoz, Pilar Alegría, se empeñó a fondo para desmentir las informaciones que publican medios de comunicación sobre las actividades poco claras de miembros del gobierno – por no decir presuntamente delictivas- e incluso de la mujer del presidente. Alegría fue muy contundente en sus respuestas: la propuesta de referéndum del presidente de la Generalitat es “radicalmente opuesta” a lo que defiende el gobierno; la actitud de Begoña Gómez al enviar cartas al Gobierno para que conocieran su apoyo a una empresa que licitaba a un concurso, y que consiguió los contratos, fue “impecable”; la oposición mantiene una actitud “destructiva” y que “en política no vale todo”. Sobre esta última afirmación de la ministra debería tomar nota el Gobierno y el PSOE, porque efectivamente no vale todo, o no debería valer. Y eso incluye que el Gobierno no puede engañar a los ciudadanos para conseguir poder o más votos, ni vale mentir sistemáticamente, ni utilizar a la Fiscalía a conveniencia, ni eliminar del Código Penal el delito de sedición y rebajar las condenas por malversación. Reformar el Código Penal a la carta es propio de países dictatoriales, no en democracia.

Cuanto más contundente es el tono que utilizan los portavoces del Gobierno o del PSOE, más motivo hay para sospechar que los desmentidos tratan de ocultar que algo se está preparando en las alturas. Para desgracia de Pedro Sánchez, su credibilidad es inexistente. Cuenta con millones de fieles que nunca dejarán de votar “al partido” aunque su secretario general les mienta sistemáticamente. Pero esos votos decrecen peligrosamente. ¿Por rechazo a sus mentiras, por someterse a los chantajes de sus socios?

Si tan limpia es la hoja de servicios de algunos personajes cuyo comportamiento se encuentra en entredicho, no se comprende que no se hayan presentado ante un Juzgado para presentar denuncias por injurias o por difamación. El que calla otorga y en estos tiempos electorales, precedidos de decisiones de Sánchez negó taxativamente que se pudieran producir, sería muy sano que quienes van a votar dentro de unos días en el País Vasco, Cataluña y en toda España en las europeas, supieran exactamente cuáles son los propósitos del presidente del Gobierno y secretario general del PSOE respecto a asuntos de relevancia máxima. Desde el referéndum de Cataluña, hasta qué piensa hacer si el Supremo paraliza la ejecución de la amnistía, como puede ocurrir en cuanto presenten cuestión previa en el Tribunal de Justicia Europeo.

O si va a investigar qué ocurrió con el concurso al que se presentó una empresa cercana a su mujer, si el procedimiento ha sido tan impecable como dice la ministra Alegría.

QOSHE - 25 gramosCuanta más contundencia, menos credibilidad - Pilar Cernuda
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25 gramosCuanta más contundencia, menos credibilidad

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04.04.2024

Cuando salí del colegio aún había dos mapas de Europa, el físico y el político. Al parecer hoy existe uno más, el de la marihuana, que acaba de cambiar sus fronteras. Desde el pasado lunes los ciudadanos alemanes ya pueden cultivar y estar en posesión de esta droga sin salirse de la legalidad, lo que sitúa al país teutón dentro del eje del cannabis recreativo, junto a Malta y Luxemburgo. Los mayores de 18 años pueden poseer hasta 25 gramos en público y 50 en el hogar, además de tener tres plantas y unirse a clubs sociales de cultivo comunitario de cannabis sin ánimo de lucro.

El asunto no ha sido pacífico dentro del país, dividido entre los mensajes apocalípticos de la oposición democristiana y el éxtasis de los consumidores habituales, cuya cifra se estima en más de 4,5 millones de almas. Han celebrado la caída de este muro legal con una “gran fumada” nocturna en la Puerta de Brandeburgo.

El paso dado por Alemania es ya seguido de cerca por las autoridades sanitarias españolas. Pero la nueva regulación podría tener un impacto más inmediato en zonas de España que se han convertido en el jardín (trasero y feo) de Europa. La otra cara del mapa, la de los territorios suministradores. ¿Se hunde una parte del negocio si de repente hay millones de clientes que ahora pueden sembrar sus........

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