Ecuento de Navidad no es ningún cuento, ni la portada de un disco de Maríah Carey, ni tuvo lugar en un Londres dieciochesco, ni en un plató embustero, porque esta historia es ley.

Ocurrió en Jerez un día cinco, de frío de invierno y ríos de luz; pongamos que fue en el mes de enero, en una epifanía y cielo azul; pongamos que nunca fuimos los primeros, y que entre tanta gente, en medio del murmullo, estabas tú.

Fue una de esas veces que sucede que la verdad desafía a la razón; que la realidad se disfraza inexplicable, que la fe te agarra el corazón, que donde se pone la fuerza de una madre, ni la naturaleza con su fuerza tiene opción; fue una de esas veces, ya no hay duda, que quedará en el recuerdo clavada, ante nuestros ojos casi siempre descreídos, se desató una emoción desencajada, y nos fuimos a la cama convencidos de que aquello nunca fue una mascarada.

Ella se palpó la carta en el bolsillo, allí estaba, en su sitio, allí seguía; guardada y esperando ese momento, para qué si no habría sido escrita, para qué si no sus sentimientos entre líneas de tinta y hojas blancas; esa carta tenía un argumento, un fin, una misión, una esperanza; una petición envuelta en sueños que había que entregarle a aquel monarca; ella se palpó la carta en el bolsillo y dudó si entregarla o no entregarla, y en esas, ya estaba decidido, la carta voló, cambió de manos, para así poner punto y seguido a un relato que se había desbocado.

Este año te pido, Baltasar, un regalo que el destino me lo debe; es difícil, soy consciente, Majestad, no se trata de nada material, no se envuelve en papel de celofán, y ni el dinero siquiera lo puede; este año te pido, Baltasar, reencontrarla después de tanto tiempo, que del frío, la distancia y el silencio, estamos a años luz de nuestros besos; este año te pido, por ser Mago, abrazarla de nuevo sin los miedos y poder a mi nieto acurrucar; solo eso, solo eso es lo que quiero.

Ella sale del Alcázar, la carta ya está entregada, Jerez luce como nunca, esta tarde hay cabalgata… Y entonces se hace la magia, suena al fondo una llamada, es la que estaba esperando, la que pedía en la carta; descuelga nerviosa y oye su voz limpia que la abraza : Hola mamá, cómo estás, quiero que vengas a casa.

Esta historia real tuvo lugar el último cinco de enero. Fui el primer sorprendido al conocer a la protagonista de este verdadero cuento navideño y saber de primera mano lo que hicieron el Rey Baltasar, la fé y el amor aquel día mágico. No lo olvidaremos nunca. Feliz Navidad.

QOSHE - Cuento de Navidad - Javier Benítez
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Cuento de Navidad

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24.12.2023

Ecuento de Navidad no es ningún cuento, ni la portada de un disco de Maríah Carey, ni tuvo lugar en un Londres dieciochesco, ni en un plató embustero, porque esta historia es ley.

Ocurrió en Jerez un día cinco, de frío de invierno y ríos de luz; pongamos que fue en el mes de enero, en una epifanía y cielo azul; pongamos que nunca fuimos los primeros, y que entre tanta gente, en medio del murmullo, estabas tú.

Fue una de esas veces que sucede que la verdad desafía a la razón; que la realidad se disfraza inexplicable, que la fe te agarra el corazón, que donde se pone la fuerza de una madre, ni la naturaleza con su........

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