EL PP de Alberto Núñez Feijóo y de Juanma Moreno ha idealizado al PSOE, pero ni su militancia ni sus dirigentes se comportan como los populares suponen que deberían hacerlo. Feijóo ha reconocido con orgullo que votó a Felipe González en 1982 y Moreno reivindicó al PSOE con una emulación de la foto de la tortilla en su primera campaña electoral, ambos creyeron que el partido seguía estando liderado por Felipe González y han venido abrazando la esperanza de que algunos diputados o las bases rechazasen la investidura de Pedro Sánchez, han sacralizado tanto la propia narración socialista sobre su partido que han elevado las siglas a ese mundo platónico donde la razón de Estado impera sobre cualquier otro interés.

No es la primera vez que ocurre. Cuando la derecha educada daba por amortizado al presidente Mariano Rajoy, abrazó a Susana Díaz como futura líder del país. La andaluza era un mirlo blanco, de izquierdas pero enemiga de Podemos, entusiasta del Ibex, confidente del Rey, pupila de Felipe González y de Rubalcaba. Era la Merkel que España necesitaba, y en San Telmo recibía a Emilio Botín, a su hija Ana Patricia, a Borja Prado y a Sánchez Galán, a la vez que daba conferencias en Cataluña y se reunía con Artur Mas. Aquella fugaz carrera se frustró, sin embargo, porque Susana Díaz tuvo que encabezar la destitución de Pedro Sánchez como secretario general para apoyar la investidura de Mariano Rajoy, y eso fue algo que la militancia socialista no le perdonó.

Un partido es una facción de la sociedad, una reunión de intereses políticos y, en muchas ocasiones, económicos, con una voluntad férrea de poder, y esto vale para el PSOE, para el PP, Podemos, Vox y la Democracia Cristiana. Las bases socialistas han entendido que los argumentos de Felipe González contra la amnistía han sido una prolongación de aquella batalla interna y que su insistencia obedece a una obsesión personal contra Pedro Sánchez, más elegante que la de Alfonso Guerra, pero igual de feroz.

A la militancia socialista no le gusta la amnistía ni le agrada un personaje como Puigdemont, por lo que aguanta con una paciencia de Job a que Pedro Sánchez les explique cómo, por qué y hasta dónde llega la medida de gracia porque no le ha desagradado nada, sino todo lo contrario, el Gobierno sanchista y porque la alternativa del PP junto a Vox le eriza la piel. Otro ámbito es el electoral, y eso también lo distingue una militancia que observa con vértigo el momento al que Pedro Sánchez le está conduciendo con esta legislatura Vietnam. Como la última de González y la primera de Zapatero.

QOSHE - ¿Por qué el PSOE no hace lo que quieren Feijóo y Moreno? - Juan Manuel Marqués Perales
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¿Por qué el PSOE no hace lo que quieren Feijóo y Moreno?

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12.11.2023

EL PP de Alberto Núñez Feijóo y de Juanma Moreno ha idealizado al PSOE, pero ni su militancia ni sus dirigentes se comportan como los populares suponen que deberían hacerlo. Feijóo ha reconocido con orgullo que votó a Felipe González en 1982 y Moreno reivindicó al PSOE con una emulación de la foto de la tortilla en su primera campaña electoral, ambos creyeron que el partido seguía estando liderado por Felipe González y han venido abrazando la esperanza de que algunos diputados o las bases rechazasen la investidura de Pedro Sánchez, han sacralizado tanto la propia narración socialista sobre su partido que han elevado las siglas a ese mundo........

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