Puigdemont inocula su virus en el Congreso
EL Congreso de los Diputados comienza a parecerse al Parlamento catalán del segundo semestre del 2017, y no es broma en ninguna de las acepciones de esta palabra. El procès fue una mezcla de arrojo y temeridad, pero también de ridículo e irresponsabilidad: declaraciones de independencia con caducidad inmediata, letrados que advertían de la inconstitucionalidad de las leyes que los parlamentarios se disponían a aprobar, sesiones que se suspendían porque la Mesa no acertaba a discernir qué era lo que se iba a validar, plantones de diputados, ruedas de prensa que se anulaban con la misma celeridad que eran convocadas: aquello era un........
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