Vivimos en un mundo superpoblado y con grandes migraciones obligadas por las desigualdades globales, así como por la multitud de desplazados y refugiados que generan las guerras, que continuarán mientras sean uno de los motores de la economía mundial. El futuro de la humanidad no es otro que concentrarse en las ciudades, como viene sucediendo desde que la historia aporta datos. La vida urbana proporciona más higiene, más salud, mejor alimentación. La mortalidad disminuye y la talla ha aumentado, así como el acceso a todos los bienes y servicios, empezando por la educación y el conocimiento. Y en mi opinión, esas mejoras son consecuencia de las ciudades y el desarrollo tecnológico. Hoy en día algunos de nosotros se pueden plantear vivir aislados en un entorno rural e incluso agreste, porque las placas fotovoltaicas son asequibles para producir electricidad y hacer funcionar toda la tecnología y equipos de los que dispongamos en nuestra vivienda y los satélites de comunicaciones proporcionan acceso a Internet allí donde se quiera y por tanto la vida actual está a tu alcance. Estudiar, trabajar, cocinar y conservar alimentos y todos los servicios telemáticos.

Por eso, cuando ya disponemos de la tecnología para vivir y cultivar alimentos en el espacio o en las futuras bases lunares o de Marte, me parece una paradoja que las sequías alternen pantanos vacíos con borrascas e inundaciones con ríos y arroyos desbordados. Seguimos mirando al cielo para ver las nubes y soñando como el faraón con vacas flacas y vacas gordas. Todo eso ya debía estar superado. Existen cultivos hidropónicos verticales comerciales en los que el agua sobrante de fertilizar las plantas se recoge en circuito cerrado y vuelve a utilizarse, sin que se pierda en tierra seca, bien sea por litros o por gotas, porque la diferencia es de concepto no de cantidad. Cuando he visitado Ciudad de México, me ha parecido un logro de la ingeniería que al abrir un grifo salga agua con cierta presión, en una urbe de más de veinte millones de habitantes. ¡Qué sistemas de acopio y distribución de agua hay que disponer para conseguirlo! Y además recoger todas las aguas residuales. Increíble. Ya existen ciudades en España que han conseguido el ciclo integral del agua. Es decir, que toda el agua de uso humano se pueda depurar y volverla a utilizar para el consumo. Sin pérdidas en las tuberías. La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia ha publicado un estudio en el que cifra en el 25% el agua no registrada en la distribución urbana. La mayor parte se corresponde con las pérdidas reales, es decir, las fugas de agua, roturas y averías en la red de distribución y acometidas. Resolver estas pérdidas es el primer paso necesario para conseguir el circuito cerrado. Después más depuradoras y potabilizadoras. Está a nuestro alcance que el agua que vemos desaparecer por el fregadero, la ducha o el inodoro vuelva a nosotros perfectamente potable y reutilizable. No sé por qué no lo hacemos.

QOSHE - Agua en circuito cerrado - Juan Ruesga Navarro
menu_open
Columnists Actual . Favourites . Archive
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close
Aa Aa Aa
- A +

Agua en circuito cerrado

35 0
12.02.2024

Vivimos en un mundo superpoblado y con grandes migraciones obligadas por las desigualdades globales, así como por la multitud de desplazados y refugiados que generan las guerras, que continuarán mientras sean uno de los motores de la economía mundial. El futuro de la humanidad no es otro que concentrarse en las ciudades, como viene sucediendo desde que la historia aporta datos. La vida urbana proporciona más higiene, más salud, mejor alimentación. La mortalidad disminuye y la talla ha aumentado, así como el acceso a todos los bienes y servicios, empezando por la educación y el conocimiento. Y en mi opinión, esas mejoras son consecuencia de las ciudades y el desarrollo tecnológico. Hoy en día algunos de nosotros se pueden plantear vivir........

© Diario de Sevilla


Get it on Google Play