Cartas de amor
Una vez me robaron la cartera con la última carta que recibí de mi padre. Estaba vieja, ilegible, destrozada, pero eran las palabras de letra puntiaguda de mi padre con un diminutivo de mi nombre de su uso exclusivo y ese papá al final que nunca nadie podrá volver a usar conmigo. No recuerdo si llevaba dinero ni la molestia de renovar todo el papeleo –creo que estuve indocumentada un tiempo, la alegre molicie de la juventud– pero cada vez que estreno cartera siento el vacío de esa carta que me arrebataron y que quien lo hiciera debió tirar como un papel inservible. Que para él o ella lo era. Cartas, celosamente guardadas, le han servido a la escritora Marta Barrio para construir en su última novela una........
© Diario de Sevilla
visit website