Las cinco diferencias
Antes de que una generación buscara a Wally, hubo otra que se entretenía con los pasatiempos del periódico de cada día o los tebeos de los sábados. Inútil para los jeroglíficos y demasiado impaciente para los crucigramas, cogí afición al juego de buscar diferencias entre dos imágenes. Eran cinco o siete, según rango del riesgo y algunas endiabladamente sutiles de manera que echabas la mañana en la cosa si no acudías –sin que te viera nadie y menos un hermano chivato– a las soluciones del final. Lo que está pasando con la RTVE (dimisiones y ceses, fichajes estrella, crisis de un modelo que en modo alguno se ha consensuado) me ha llevado precisamente a ese juego, porque a veces la........
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