Alvaro Hernando Cardona González

Casi en línea con la columna de la semana pasada, se nos ha ocurrido poner en consideración de nuestros lectores, y de las redes sociales donde esta columna se replica, algunas ideas que son motivo de reflexión. Y justamente partiendo de los temas tratados al comenzar el año 2024, por otros compañeros en estas lides. Tomemos al azar algunas columnas de la edición del Diario del Huila del pasado 10 de enero.

Alfredo Vargas Ortiz, hace unos comentarios positivos sobre nuestra Universidad Surcolombiana. Destaca y con toda la razón, los resultados del Consultorio jurídico y Centro de Conciliación, de la Facultad de Derecho. El año pasado, en junio, celebramos sus 21 años de funcionamiento. Pero no todo es grato sobre nuestra querida USCO. Sus instalaciones cada vez reflejan lo que es Neiva, una arquitectura fea y parece desaseada. Algunos estudiantes creyendo que lo que hacen está bien y es estético, han contribuido a hacer de la sede central una buena antesala de nuestra amada Neiva: fea, desaseada, llena de huecos, antiestética, agreste, abandonada por los suyos. ¿Por qué nuestra máxima institución de educación superior debe mantenerse así?

En la misma edición, Luis Humberto Tovar Trujillo y Luis Alfonso Colmenares, analizan las cifras en materia de inseguridad que padece Colombia. Si se repasan las cifras que contiene el libro “Detrás de la guerra en Colombia” de Ariel Ávila, constatarán que volvimos a las épocas de El Caguan. Ciertamente, como dice el autor “…también es interesante que cada intento de paz en Colombia abre la puerta para una nueva ola de violencia” (P. 21). ¿Qué hacemos igual, para obtener los mismos resultados? Tenemos al menos 26 “procesos de paz” y se nos prometió una “total”; ya pasaron 17 meses de este gobierno y aumenta inexorable la violencia, y lo que puede ser grave: esta incluye a quienes se han acogido a los beneficios estatales para no delinquir más. ¿Seguiremos haciendo lo mismo?

Y en la misma edición, Margarita Suárez Trujillo, trató el tema del turismo rural. Son dos aristas: la generación de emprendimientos y empleos dedicados al turismo y la situación del sector rural, que prometemos tratar bastante este año. En buena hora abordar estas temáticas, pues sí que el Huila necesita enfocarse en crecimiento económico. Lo necesitamos urgente. Las gestiones gubernamentales de Gobernador y alcaldes, deben medirse por estos resultados y sin excusas. Necesitamos generar empleo. Para ello son necesarias empresas sólidas, mejor infraestructura (vial y de servicios públicos), dignificación humana (implícita al empleo) y calidad de vida. Eso trae mejoramiento ambiental. Eso es desarrollo sostenible.