Carlos Yepes A.

Para el año 2022, Colombia logró importantes progresos en la reducción de la pobreza multidimensional, un indicador que mide no solo la capacidad económica de los individuos y familias, sino también su acceso a servicios esenciales como educación, salud y vivienda digna. Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), entre 2021 y 2022, un total de 1.471.000 personas lograron salir de la pobreza multidimensional lo que representa un mejor comportamiento con respecto al año anterior.

Esta mejora es resultado de varios factores, incluyendo políticas públicas efectivas que han enfocado sus esfuerzos en mejorar las condiciones de vida en las zonas más vulnerables del país. Se destaca que, en algunas áreas rurales donde tradicionalmente se han concentrado mayores niveles de privación, la pobreza multidimensional se redujo.

En las cabeceras municipales, el índice alcanzó un 12.9%, venía de registrar 16%, mientras que en los centros poblados y zonas rurales dispersas la cifra pasó de 31.1% a 27.3%. Estas estadísticas revelan que, aunque aún persisten desafíos, la brecha entre las áreas urbanas y rurales está comenzando a cerrarse gracias a una distribución más equitativa de los recursos y servicios.

El impacto de estas mejoras en la calidad de vida de los colombianos es una buena noticia en medio de tanta incertidumbre y polarización del país. Según el DANE, sin embargo aproximadamente 6.6 millones de personas aún continúan en condición precaria en el país. Necesitamos entonces avanzar no solo hacia un mayor crecimiento económico, sino también un desarrollo social más inclusivo y equitativo.

Este panorama sin embargo es muy desigual entre regiones, nos indica que aún quedan retos significativos. Regiones como la Guajira, Vaupés, el Pacífico y la Orinoquía continúan mostrando índices de pobreza superiores al promedio nacional, por encima del 30%, lo que requiere una atención continua y específica para asegurar que los beneficios del crecimiento y el progreso lleguen a todas las esquinas del país.

Además, la desigualdad en el acceso a servicios básicos sigue siendo una preocupación. La educación, la salud y el empleo de calidad son fundamentales para erradicar la pobreza en todas sus dimensiones. Por ello, es crucial que Colombia continúe fortaleciendo sus políticas y programas sociales, con un enfoque particular en la educación y la salud, para garantizar que todos los ciudadanos, sin importar su lugar de residencia, tengan las herramientas necesarias para superar la pobreza.

En conclusión, los avances del 2022 en la reducción de la pobreza multidimensional son un testimonio del compromiso del país con el desarrollo humano y social. Sin embargo, el camino hacia la erradicación total de la pobreza es largo y requiere el esfuerzo conjunto de todos los sectores de la sociedad. Solo con políticas adecuadas y la participación activa de la comunidad, Colombia estará en camino de lograr un futuro más próspero y justo para todos sus habitantes.

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