A raíz de los graves hechos de violencia acaecidos en el municipio de Tuluá, donde se responsabiliza a la estructura delincuencial “La Inmaculada”, retando la institucionalidad, es preciso preguntarnos qué tan lucrativo es el delito de extorsión, a tal punto de asumir posturas desafiantes para no perder su incidencia, territorialidad y rentas criminales.

Frente a ello, precisar que esta actividad delictiva está dentro de las más lucrativas y una de las principales fuentes de financiamiento de muchas organizaciones criminales, que no dependen exclusivamente del tráfico de drogas; además, al considerarse un delito económico en su ejecución, no requiere control territorial, presenta bajos riesgos por el anonimato y su cadena criminal está segmentada geográficamente.

Llegados a este punto, es válido indicar que en Colombia desde el año 2008 la extorsión ha venido en ascenso de manera sistemática, llegando en el año 2023 a 9.793 denuncias, según datos de la Dirección Antisecuestro y Antiextorsión de la Policía Nacional, en lo concerniente a la criminalidad registrada, dejando de un lado el subregistro por temor a la denuncia; en este mismo sentido, el Departamento del Valle del Cauca no ha sido ajeno a este fenómeno, registrando para el año 2023 un total de 996 denuncias, siendo las ciudades de Cali, Buenaventura y Tuluá las más afectadas.

La extorsión puede calificarse como un delito complejo y pluriofensivo, toda vez que no solo afecta el patrimonio económico, sino la autonomía personal y la libre determinación, desencadenando actos de violencia para presionar a sus víctimas.

Este método de financiamiento perpetúa el crimen organizado y afecta por extensión la sociedad y la economía de las regiones. Asimismo, siempre ha estado ligada al conflicto interno colombiano y sus diferentes transformaciones.

Como es de suponerse, existe un marco normativo robusto, no obstante, no ha sido suficiente debido a la mutación e innovación en sus modalidades, el uso de las nuevas tecnologías, facilidad de obtener información privilegiada, poca efectividad para incentivar la denuncia que nos permita conocer la realidad del fenómeno para visibilizarlo, el problema se agudiza con la debilidad de los entornos carcelarios que posibilitan la continuidad del delito. Gran parte de las estructuras en Colombia están siendo lideradas por recurrentes carcelarios.

Todo lo anterior, ha conllevado que la Gobernación del Valle del Cauca, priorice este delito, buscando comprender y responder a sus complejidades, planteando que el indicador de medición se invierta y no se mida por el número de denuncias, sino con encuestas de percepción y victimización, generando acciones de prevención sobre los segmentos poblacionales afectados, ofreciendo recompensas, fortaleciendo la capacidad de inteligencia e investigación criminal, dando garantías a las víctimas para incentivar la denuncia, gestionando ante el INPEC traslado de internos y medidas duras a quienes persisten en delinquir, frente a este panorama se plantea la creación de políticas públicas y estrategias que imposibiliten que la extorsión siga creciendo a pasos agigantados, siendo necesario intervenir para frenar esta lucrativa industria criminal.

Quisiera finalizar diciendo, que en Colombia no existe una organización o delincuente, que haya logrado doblegar la voluntad de las instituciones, por ello, en el municipio de Tuluá están puestas todas las capacidades institucionales para regresar la tranquilidad y sosiego a sus habitantes, solo es cuestión de tiempo y confianza en las instituciones.

QOSHE - La extorsión, un delito pluriofensivo en ascenso - Javier Navarro
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La extorsión, un delito pluriofensivo en ascenso

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21.02.2024

A raíz de los graves hechos de violencia acaecidos en el municipio de Tuluá, donde se responsabiliza a la estructura delincuencial “La Inmaculada”, retando la institucionalidad, es preciso preguntarnos qué tan lucrativo es el delito de extorsión, a tal punto de asumir posturas desafiantes para no perder su incidencia, territorialidad y rentas criminales.

Frente a ello, precisar que esta actividad delictiva está dentro de las más lucrativas y una de las principales fuentes de financiamiento de muchas organizaciones criminales, que no dependen exclusivamente del tráfico de drogas; además, al considerarse un delito económico en su ejecución, no requiere control territorial, presenta bajos riesgos por el anonimato y su cadena criminal está segmentada geográficamente.

Llegados a este punto, es válido indicar que en Colombia desde el año 2008 la extorsión ha venido en ascenso de........

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