Harold Kremer en su anterior novela “El cartógrafo del infierno” (Seix Barral. 2022), que comenté en este mismo espacio el 21 de febrero de 2022, me dejó boquiabierto.

Apenas vi en librerías su reciente obra literaria titulada como esta columna, me aperé del libro y me senté a leerlo. La contraportada tiene un texto excepcional, que vende.

Pensé, de entrada, que Kremer daba continuidad a su primera novela en el tema de la violencia del centro del Valle, tan en boga por estos días.

En esta ocasión, aborda un hecho catastrófico que bien narró Daniel Caicedo en su corta novela “Viento Seco” (1953), como fue el incendio (provocado por los pájaros) de ese pueblo incrustado en la cordillera Occidental llamado Ceilán. Al que Gardeazábal en tres páginas logró marcar un hito en la narrativa de la violencia con su cuento “Ana Joaquina Torrentes”, que mereció el premio Ramón Llull (1969).

Pero Harold Kremer siento que se adentra en la mixtura de personajes, pos incineración de Ceilán y los ubica en la señorial Buga, en un bar donde amanece un muerto que todos desconocen.

Allí se dedica, eso sí con buena prosa, a narrar hechos cotidianos que enlaza alrededor de ese terrorífico momento y crea personajes de época, con hechos propios de gamonales, terratenientes en caída de su bonanza, y logra configurar un personaje que amerita especial atención como es el loro Capitan Flit, que le acompaña todo el día en el bar y bebe aguardiente.

Es una novela corta, como la anterior, mas no la supera.

PD: Triste saber que ya en Cali no está doña Elly Burckardt. Con ella compartí gratas conversaciones, apasionadas charlas y debates sobre la reinstalación de Belalcázar, entre otras sobre temas de ciudad.

QOSHE - El bar del muerto - Leonardo Medina Patiño
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El bar del muerto

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09.02.2024

Harold Kremer en su anterior novela “El cartógrafo del infierno” (Seix Barral. 2022), que comenté en este mismo espacio el 21 de febrero de 2022, me dejó boquiabierto.

Apenas vi en librerías su reciente obra literaria titulada como esta columna, me aperé del libro y me senté a leerlo. La contraportada tiene un texto excepcional, que vende.

Pensé, de entrada, que Kremer daba continuidad a su primera novela en el tema de........

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