Alguna persona me preguntó por qué terminé mi columna anterior señalando que las mujeres asuman los retos sin temores. Tuve la experiencia de dialogar, hace algunos años, con estudiantes de los Andes en reuniones convocadas por una persona que trabajaba en su desarrollo profesional, así como con otros grupos de mujeres jóvenes, y manifestaban su inquietud en cuanto al manejo de sus carreras profesionales, su vida familiar, matrimonial y como madres.

Con colegas ejecutivas también discutimos esos temas y más de una tenía la experiencia de que por su desarrollo profesional se había frustrado su relación matrimonial.

Este es un temor que asusta a mujeres jóvenes que estudian profesiones que demandarán dedicación y esfuerzo, pero que desean tener una vida normal en cuanto a matrimonio e hijos.

A pesar de los avances sociales y profesionales, muchas jóvenes siguen sintiendo aprehensión por el manejo de su tiempo y obligaciones.

Pero no solo esto genera sus temores: el saber que en las empresas hay cierta reserva frente a la mujer en los más altos cargos, y la experiencia de que más fácilmente los hombres logran ascensos y que las mujeres no son las primeras miradas para estos, sigue afectando sus decisiones Según informe de la OIT de 2019, una de las condiciones que marcan el famoso techo de cristal para el ascenso profesional es el requisito de “Disponibilidad total e incondicional, Tanto en los países de ingreso alto como en los de ingreso bajo, las mujeres siguen asumiendo la mayoría del trabajo doméstico y el cuidado en el hogar, incluso cuando tienen un empleo remunerado de tiempo completo.

Muchas empresas requieren de sus empleados la disponibilidad permanente, esto es, que estén dispuestos, como algo natural, a trabajar horas extraordinarias, recibir llamados fuera de horario, y responder a mensajes de correo en días libres.

Esto sitúa a las mujeres en posición de desventaja a la hora de competir con sus colegas de sexo masculino e ir ascendiendo de categoría, pues ellas siguen maniobrando entre las responsabilidades familiares y las prioridades profesionales”…”La brecha salarial continúa cuando las mujeres asumen puestos directivos.”

Muchos son los aspectos que hay que trabajar, pero el logro del acceso de la mujer a cargos directivos es importante y desde allí indudablemente lograrán impulsar a otras mujeres no solo con el ejemplo, sino con un trabajo proactivo.

Por esto me atrevo a hacer una sugerencia que ayude a mujeres a tomar sus decisiones mediante un análisis más objetivo de la situación: hacer un listado de lo que puede ser positivo y negativo en su futuro profesional, desde su aplicación, ingreso, inducción hasta su desempeño y plan de carrera y evaluar que seguramente lo positivo es muy superior a lo negativo y al enfrentar donde encuentra sus debilidades y temores, prepararse para manejarlo o buscar ayuda, consejo, incluso trabajar con algún coach.

QOSHE - El reto para las mujeres - María Sol Navia V
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El reto para las mujeres

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12.04.2024

Alguna persona me preguntó por qué terminé mi columna anterior señalando que las mujeres asuman los retos sin temores. Tuve la experiencia de dialogar, hace algunos años, con estudiantes de los Andes en reuniones convocadas por una persona que trabajaba en su desarrollo profesional, así como con otros grupos de mujeres jóvenes, y manifestaban su inquietud en cuanto al manejo de sus carreras profesionales, su vida familiar, matrimonial y como madres.

Con colegas ejecutivas también discutimos esos temas y más de una tenía la experiencia de que por su desarrollo profesional se había frustrado su relación matrimonial.

Este es un temor que asusta a mujeres jóvenes que estudian profesiones que demandarán dedicación y........

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