Siento una profunda admiración por los paisas, un término popular con el cual identificamos a los antioqueños en el mundo entero.
Su arraigo, impulso y pasión son valores que enaltecen a todo Colombia. Y la actual convocatoria para reunir fondos en la llamada “vaca”, con el fin de completar el proyecto 4G en respuesta a la falta de apoyo del gobierno central, demuestra una vez más la determinación y la empatía inherente a los paisas.
Busco recordar situaciones similares donde los pobladores se unieron en pro de una causa común a pesar de la ausencia de apoyo gubernamental.
Las cruzadas durante la Edad Media podrían ser un buen ejemplo. La fe y el ferviente deseo de proteger Tierra Santa motivaron a numerosos señores feudales e incluso a siervos a unir recursos y reclutarse para emprender esa gran cruzada.
Otro ejemplo de solidaridad y unidad comunitaria ante la falta de liderazgo gubernamental es el Movimiento de los Derechos Civiles en los Estados Unidos durante los años cincuenta y sesenta del siglo pasado.
Las comunidades afroamericanas se unieron en una lucha no violenta por la igualdad racial, organizando boicots, marchas y protestas que lograron cambios trascendentales en la legislación y en toda la sociedad estadounidense.
Lo que los paisas están haciendo hoy con su famosa “vaca” debería inspirar a los caleños a reflexionar sobre el desafortunado y triste calificativo de “calibalismo” con el que a menudo nos describen.
Una vez más, los paisas le han demostrado a todo Colombia que sólo la solidaridad puede fomentar la cooperación, la empatía y, lo que es más importante, la construcción de una verdadera comunidad fuerte.