Hay nuevamente un auge de estas series que captan la atención millones de personas, especialmente en Latinoamérica y en la comunidad latina en Estados Unidos, muestra de ello es la salida al aire de una narco-serie basada en la vida de Griselda Blanco, la otrora poderosa narcotraficante colombiana que ejerció gran parte de su auge e influencia en el país del norte (contrario a lo que hicieron muchos de sus sucesores, tal como Pablo Escobar y los carteles de Medellín, de Cali y del Norte del Valle).

Y es que para nadie es un secreto que el latinoamericano es amarillista, morboso y en algunos casos masoquista.

Masoquista porque muchos latinos y especialmente la comunidad mexicana y colombiana, han puesto como referencia a estos trágicos personajes, que si bien han alcanzado un muy efímero éxito económico con sensación de poder, fueron portadores de mucho dolor, sangre y desolación para miles de familias en sus países de origen.

Es por eso que estoy de acuerdo con el embajador Roy Barreras en poner “el grito en el cielo”, pidiendo a las productoras no seguir con la producción de series que idolatran a estos nefastos personajes y que si bien muestran algunas facetas de su terrible legado, jamás se podrá plasmar en una pantalla el dolor que han dejado a su paso, y por ende, pueden convertirse en un instrumento que reviva los sentimientos y “sueños” de nuestros jóvenes que ven en esas historias en algo “aspiracional”, más aún en un país donde las oportunidades de salir adelante no abundan y por ende la aspiración a ser “patrón” puede comenzar a “legitimarse”.

En el Valle del Cauca, Antioquia y el eje cafetero (Risaralda, Quindío y Caldas), sí que hemos padecido las consecuencias de tener el “patronazgo delincuencial” como una aspiración de nuestros jóvenes, permeando la “siquis social” donde ningún estrato social se ha escapado.

En el Valle por ejemplo, el fenómeno y la aspiración de la riqueza rápida (más no fácil porque ningún negocio donde se tiene que arriesgar no solo la vida propia sino la de la familia y seres queridos podría considerársele así), tristemente permeó incluso algunos segmentos empresariales y de la “clase alta” vallecaucana, por lo cual volver a revivir estos episodios con series como “El Cartel de los Sapos” (que nuevamente la emite Caracol Tv), “Pablo Escobar el patrón del mal” y ahora por Netflix en su apología a la vida de “Griselda Blanco”, puede significar dos cosas:

Primero lo anteriormente dicho de incentivar a las actuales generaciones a apostar por la vía rápida del dinero manchado; y segundo a revictimizar a las personas que vivieron en carne propia las dolorosas consecuencias de apostar por este negocio que, como tasa de cambio, canjea dinero por sangre y sufrimiento.

Las narco series y narco novelas, solo dejan beneficio económico a las plataformas y cadenas de televisión que las transmiten, para los demás ni siquiera pasan en “neutro”, pues solo dejan desprestigio para la región que es re-estigmatizada por sus diferentes menciones, y si no es estigmatizada, invito a observar o indagar si hay diferencia en el trato hacia un pasajero proveniente de Cali o de Pereira frente a uno que vaya desde Bogotá en los aeropuertos de Madrid, Panamá o Miami.

A través de esta columna invito a los vallecaucanos, a las personas del eje cafetero, en fin a los colombianos y latinoamericanos a dejar de consumir este tipo de contenido apologista del delito y del narcotráfico, a que dejemos de ser “masoquistas” y que no permitamos que jueguen con nuestra honra, nuestra imagen y con el dolor de miles de familias que han sido víctimas de este negocio maldito en las últimas cinco décadas.

QOSHE - El masoquismo latino: La trágica comedia de las narco novelas - Victor Manuel García
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El masoquismo latino: La trágica comedia de las narco novelas

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03.02.2024

Hay nuevamente un auge de estas series que captan la atención millones de personas, especialmente en Latinoamérica y en la comunidad latina en Estados Unidos, muestra de ello es la salida al aire de una narco-serie basada en la vida de Griselda Blanco, la otrora poderosa narcotraficante colombiana que ejerció gran parte de su auge e influencia en el país del norte (contrario a lo que hicieron muchos de sus sucesores, tal como Pablo Escobar y los carteles de Medellín, de Cali y del Norte del Valle).

Y es que para nadie es un secreto que el latinoamericano es amarillista, morboso y en algunos casos masoquista.

Masoquista porque muchos latinos y especialmente la comunidad mexicana y colombiana, han puesto como referencia a estos trágicos personajes, que si bien han alcanzado un muy efímero éxito económico con sensación de poder, fueron portadores de mucho dolor, sangre y desolación para miles de familias en sus........

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