Se acaba otro año. Empezó con esperanza y desesperanza, con angustia y mucho de incertidumbre y no sé si terminó igual. Me di a la tarea de preguntarle a más de diez personas conocidas si sus sueños se cumplieron en el 2023 y si seguían soñando para el 2024.

Más de la mitad me dijeron que las cosas no salieron muy bien y que les asusta el futuro, pero también me dijeron que la cosa no estuvo del todo mal. Frases como “esperar a ver que pasa” fueron reiterativas en mi pequeño y supongo sesgado sondeo.

Hubo algunos ejecutivos que me confirmaron que tienen claro que los indicadores económicos no van a ser los mejores para Colombia, pero con eso se van a mover. Sin drama, sin criticar, entendiendo que la cosa, aunque dura, “es lo que hay”.

¿Cuál es tu sueño? Le pregunté a un colega que respeto profundamente. ¿Cómo te sueñas el 2024? Me respondió que se lo sueña con retos, pero un año más tranquilo. Le dije que era mejor mudarse de país entonces y me dijo… ¿A dónde? ¿Argentina? ¿México con elecciones? ¿Ecuador? O algún país del primer mundo donde la agenda sigue siendo infinita y la inflación compleja. No le supe responder.

Al final, entendí que los sueños generales son de calma, de tener fe, de poder sentir que se trabaja y se vive por algo más que las noticias pesimistas. El ser humano se terminó de enloquecer con el uso indiscriminado de redes, me dijo otra amiga que decidió hacer ayuno indefinido de redes. “Ya no sé por qué tengo que contarle a todo el mundo lo que hago, o peor, aún no sé por qué me cuentan todo” el secreto encanto de la privacidad se perdió. No quiero saber más de tantos que no me interesan, me declaró con la cara radiante.

Me gustó el concepto de ese ayuno. Mi reflexión cerrando año es que al final estamos soñando lo mismo, pero estamos un poco desencantados. Tristes de la pseudopolítica, de los líderes narcisistas, de la arrogancia de quienes creen tener la razón. Me puse a pensar en aquellos que siempre he admirado y descubrí palabras de seres bien diferentes, pero que al final han llegado al corazón de otros. El famoso discurso de Martin Luther King I have a Dream, (tengo un sueño) tiene más de 50 años y tiene casi la misma vigencia no solo para Estados Unidos, pero para el mundo. Sigue siendo un sueño de igualdad, de no discriminación.

“Yo tengo el sueño de qué mis cuatro hijos pequeños vivirán un día en una nación donde no serán juzgados por el color de su piel, sino por el contenido de su carácter. ¡Yo tengo un sueño hoy!”. Ese puede ser el sueño de muchos para 2024. Al menos es parte del mío.

Necesitamos líderes que inspiren. Líderes de verdad que escuchen a otros que tengan empatía y que no se vean ellos mismos como el centro del mundo. No más egocentrismo, por favor. Empecemos a soñar un 2024 donde con humildad entendamos que hay puntos valiosos en otras voces.

Chris Martin, un crack, vocalista y líder de Coldplay, banda inglesa reconocida, asegura que ya no le importan los ceros en su cuenta (perfecto porque él trabaja para divertirse y ahora es millonario). Tiene una forma de ver el mundo increíble y una música profunda, linda, con un gran arte. Sus palabras:

“No me gusta la palabra “estrella de rock”, ni “estrella de rock suave” No me gustan esas palabras. Yo solo quiero hacer la mejor música de todos los tiempos con mis mejores amigos”. Se puede Chris, se puede.

Yo creo que en el 2024 hay que seguir soñando. Hay que pensar que se puede lograr lo que queremos porque el día que dejemos de soñar es mejor apagar e irnos. ¿Pero a dónde… me diría mi amigo? A donde te lleve el corazón le respondería yo.

QOSHE - Tengo un sueño - Claudia Varela
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Tengo un sueño

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24.12.2023

Se acaba otro año. Empezó con esperanza y desesperanza, con angustia y mucho de incertidumbre y no sé si terminó igual. Me di a la tarea de preguntarle a más de diez personas conocidas si sus sueños se cumplieron en el 2023 y si seguían soñando para el 2024.

Más de la mitad me dijeron que las cosas no salieron muy bien y que les asusta el futuro, pero también me dijeron que la cosa no estuvo del todo mal. Frases como “esperar a ver que pasa” fueron reiterativas en mi pequeño y supongo sesgado sondeo.

Hubo algunos ejecutivos que me confirmaron que tienen claro que los indicadores económicos no van a ser los mejores para Colombia, pero con eso se van a mover. Sin drama, sin criticar, entendiendo que la cosa, aunque dura, “es lo que hay”.

¿Cuál es tu sueño? Le pregunté a un colega que respeto profundamente. ¿Cómo te sueñas el 2024? Me respondió que se lo sueña con retos, pero un año........

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