Tras las narrativas de diciembre de 2022, el mundo se preveía atrapado por la estanflación, con curvas de rendimiento invertidas anunciando una recesión. Los ecos del pesimismo resonaron en el Silicon Valley Bank, Credit Suisse y bancos regionales, exacerbados por narrativas alarmantes que predecían el colapso del complejo inmobiliario chino.

Sin embargo, a medida que la realidad se desenvolvía en 2023, las predicciones resultaron erróneas. El S&P 500 cobró vida, al estilo de la década de 1950, el Nasdaq alcanzó nuevas alturas y, sorprendentemente, incluso el mercado de criptomonedas, una vez apagado, mostró signos de resurrección. Este optimismo inesperado tomó por sorpresa a los mercados financieros, acumulando más de $7 billones.

La sabiduría de Warren Buffett resuena en esta imprevisibilidad: tratar de entender la lluvia es inútil; construir Arcas es el verdadero cambio de juego.

La era de la dominancia monetaria, un remanente de la era de Volcker, ha dado paso. Los extremos de las tasas de interés negativas definen el pasado, con la pandemia anunciando la era de la dominancia fiscal, donde la política industrial toma el centro del escenario. La quiebra del Silicon Valley Bank fue solo ruido; la verdadera señal fue la Ley Anti inflación de Biden. Se extiende más allá de EE. UU., con Japón renovando su compromiso con la innovación industrial y China asignando fondos significativos para “Made in China 2025″.

Las preguntas que surgen son profundas: identificar a los próximos campeones nacionales, discernir commodities estratégicos y comprender los beneficios potenciales para las pequeñas empresas en este mundo de dominancia fiscal. En este paisaje transformado, la sabiduría convencional de los bonos del tesoro como el activo libre de riesgos está siendo cuestionada, a medida que el oro alcanza nuevos máximos.

La clave de la historia revela que si bien la política industrial es indispensable, por sí sola no es suficiente. La verdadera innovación exige la libertad para experimentar, abrazar la locura, celebrar la heterogeneidad y el crisol de la competencia geopolítica.

Mirando a la próxima década, ¿cuáles serán las Arcas que darán forma a nuestro futuro? ¿Será el renacimiento japonés de la política industrial, las fuerzas disruptivas en cripto, biotecnología y autos eléctricos ejemplificadas por los fondos ARKK de Cathie Wood, o el potencial sin explotar del índice Russell 3000 de pequeñas empresas?

En el espíritu de forjar el futuro, trascendamos las predicciones y participemos activamente en la construcción de las Arcas estratégicas que navegarán las incertidumbres del mañana.