El nombre encierra mucho misterio, pero su significado ayuda a entender: “Cada una de las divinidades femeninas de la mitología escandinava que decidían los guerreros que iban a morir en combate”.

Nadie imaginó la ola de terremotos, temblores y réplicas que ellas iban a generar. Unas que alcanzan a todos los poderes del Estado, la JNJ, congresistas, exministros, políticos, abogados, periodistas y católicos fundamentalistas.

La onda expansiva ya trasciende ampliamente a la de Los Cuellos Blancos y, esperemos, tenga una verdadera investigación para que no quede en nada, como hasta ahora en dicho caso.

Si el (la) agente especial, el (la) congresista que se infiltró entre quienes llegaban a acuerdos turbios, abrió una avenida que aún genera pánico en los Pasos Perdidos, que ahora el principal implicado se haya acogido a la colaboración eficaz la pavimentó.

Dicen que los mafiosos se cuidan mucho de liquidar a quienes los pueden delatar. Como acá –al menos a escala institucional– no hemos llegado aún a ese nivel de bestialidad, la suspendida fiscal Patricia Benavides cometió un gravísimo error en abandonar a su suerte al ‘Filósofo’ (Jaime Villanueva).

Aun así, nadie puede cantar victoria. Hay demasiados cabos sueltos e intereses en juego de poderosos personajes. Más aún cuando todo ello ocurre en las alturas del poder, cima vista con desprecio y rechazo por una inmensa mayoría que prefiere vivir “sin contaminarse”, no percibiendo que el destino del país y el suyo propio se juegan en todo esto.

Haciendo un corte a la fecha, podríamos hacer un resumen de los impactos institucionales.

No ayuda a un gobierno que ha perdido popularidad mes a mes y que ahora sobrevive con un solo dígito. Los complica que los hayan implicado más en el tema de derechos humanos con la denuncia constitucional enviada al Congreso por Benavides. También, que se haya dejado entrever las poco trasparentes interacciones del primer ministro con Villanueva.

Para un Congreso que cree tener patente de corso, el problema mayor es no lograr esta vez los votos, para así actuar con la JNJ. El aún más temerario pedido de un pleno extraordinario para destituirlos no parece que vaya a prosperar.

En el Ministerio Público, el nuevo fiscal de la Nación, Juan Carlos Villena, parece estar actuando con ecuanimidad, desfaciendo los peores entuertos de su predecesora. Aun así, la vigilancia ciudadana debe ser permanente. No debemos caer en el error que cometimos –me incluyo– al dejar pasar por agua tibia decisiones inaceptables de su predecesora porque estaba haciendo bien su trabajo frente a los groseros casos de corrupción de Pedro Castillo. Peor aún si ahora sabemos que, más que a nivel de Benavides, era en el de Barreto en el que se avanzaba de verdad.

A estas alturas y con todo lo que se va sabiendo, el intento de reponerla en el cargo es indefendible, salvo para extremistas de los dos espectros y, claro, para los “perjudicados”. Siendo así, una cautelar, de esas que se sospecha cómo se consiguen, crearía un desbarajuste de proporciones.

Bien ha hecho Dina Boluarte en defender la permanencia de los miembros de la JNJ. Ello no quita que haya temas sobre los que esta última debe ser inquirida. Los más serios: sindicaciones hechas por el equipo especial de favorecimientos en el nombramiento de Benavides, que habrían sido gestionadas por el exministro aprista Hernán Garrido-Lecca, presunción que ha llevado al allanamiento de su vivienda.

Si el colaborador eficaz ha dado información suficientemente importante como para que los fiscales hayan pedido a un juez esa medida y que este la haya aceptado, pues también la JNJ debe ser investigada. Más aún cuando los puntajes conseguidos por la aludida fueron alucinantemente altos y –a mi modesto juicio– totalmente desproporcionados. Súmese que nombraron como autoridad de control del Ministerio Público a Juan Fernández Jerí, en un proceso en el que la contraloría ha detectado información falsa que la JNJ omitió verificar adecuadamente y otras irregularidades.

La única forma de moralizar al país es exigir los mismos estándares para todos.

QOSHE - Valkiria V, VI, ¿VII?, ¿VIII?... - Carlos Basombrío Iglesias
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Valkiria V, VI, ¿VII?, ¿VIII?...

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22.12.2023

El nombre encierra mucho misterio, pero su significado ayuda a entender: “Cada una de las divinidades femeninas de la mitología escandinava que decidían los guerreros que iban a morir en combate”.

Nadie imaginó la ola de terremotos, temblores y réplicas que ellas iban a generar. Unas que alcanzan a todos los poderes del Estado, la JNJ, congresistas, exministros, políticos, abogados, periodistas y católicos fundamentalistas.

La onda expansiva ya trasciende ampliamente a la de Los Cuellos Blancos y, esperemos, tenga una verdadera investigación para que no quede en nada, como hasta ahora en dicho caso.

Si el (la) agente especial, el (la) congresista que se infiltró entre quienes llegaban a acuerdos turbios, abrió una avenida que aún genera pánico en los Pasos Perdidos, que ahora el principal implicado se haya acogido a la colaboración eficaz la pavimentó.

Dicen que los mafiosos se cuidan mucho de liquidar a quienes los pueden delatar. Como acá –al menos a escala institucional– no........

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