Una torpeza expresiva de Feijóo provoca una torpeza mayor de los socialistas: colar la cuestión de la amnistía en el último tramo de la campaña gallega. Sánchez y su estado mayor no querían mencionarla antes del recuento del próximo domingo. Pero con la supuesta disposición del PP a indultar a los golpistas ("si se comprometen a no repetirlo, hablaríamos de reconciliación") se han venido arriba.

Craso error, porque la simple referencia a su emparejamiento con el independentismo para colmar las ambiciones del jefe, aunque solo sea para sugerir que Feijóo hubiera hecho lo mismo si Junts se hubiera prestado al mismo canje (indulto por investidura), es nombrar la soga en casa del ahorcado. O mejor, el elefante en la habitación del PSOE, que es la amnistía.

El más interesado en agitar el tema ha venido siendo el PP. Ergo, la polémica sobre lo que Feijóo dijo o no dijo perjudica al candidato socialista, Gómez Besteiro, sin alterar las expectativas de Alfonso Rueda. En todo caso, no descartaría que la polémica del fin de semana engordase aún más a la izquierda nacionalista de Ana Pontón (BNG) a costa de la izquierda no nacionalista de Gómez Besteiro (PSdeG).

Feijóo enfatiza demasiado cuando denuncia a quienes quieren "embarrar la campaña". Con todo lo visto y oído hasta ahora a uno y otro lado de la barricada desde el 23 de julio, no necesitaba convencernos de su muy documentado no es no a la amnistía y a los indultos, en paralelo a su sí es sí a la acción judicial contra los supuestos de terrorismo, traición o malversación que pudieron cometer los responsables del procés.

La política nacional planea sobre las urnas del 18-F en forma de dilema: quinta mayoría absoluta del PP o un Frankenstein a la gallega

Tan ruidoso es el gran asunto nacional que planea sobre el resultado del 18 de febrero en forma de dilema: quinta mayoría absoluta del PP o un Frankenstein a la gallega (BNG-PSOE-Sumar-Podemos) con los nacionalistas de fuerza dominante en la ecuación.

De ahí que un reservón Alfonso Rueda rehúya los debates y se limite a no pisar charcos. Con la vista fija en el argumentario. A saber: "Los gallegos no queremos modelos que están crispando España". Ni media palabra sobre la amnistía en boca de Sánchez y los ministros.

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En cambio, el líder de la oposición ha estado y está omnipresente en su tierra con un discurso inequívocamente opuesto a una amnistía incompatible con la igualdad, la seguridad jurídica y la separación de poderes. No necesitaba Núñez Feijóo ponerse tan estupendo con que "Sánchez se queda con el oportunismo y yo con mis principios".

Entramos en la última semana de la campaña, la del carnaval, sin noticia de cambios sustanciales en el tablero, descontado ya el ascenso del BNG en la tríada encabezada por el PP y protegida por ese alto 5% de umbral mínimo para entrar en el reparto de escaños.

Los votos que podría dejarse el PP en los morrales de Vox o DO (Democracia Ourensana) siempre serán menos que los que pueda dejarse el PSdeG-PSOE en los del BNG, Sumar o Podemos. Y la posible entrada de Sumar en el Parlamento con un diputado tampoco alteraría el mapa, porque no sería a costa de los votos de la derecha.

Una torpeza expresiva de Feijóo provoca una torpeza mayor de los socialistas: colar la cuestión de la amnistía en el último tramo de la campaña gallega. Sánchez y su estado mayor no querían mencionarla antes del recuento del próximo domingo. Pero con la supuesta disposición del PP a indultar a los golpistas ("si se comprometen a no repetirlo, hablaríamos de reconciliación") se han venido arriba.

Craso error, porque la simple referencia a su emparejamiento con el independentismo para colmar las ambiciones del jefe, aunque solo sea para sugerir que Feijóo hubiera hecho lo mismo si Junts se hubiera prestado al mismo canje (indulto por investidura), es nombrar la soga en casa del ahorcado. O mejor, el elefante en la habitación del PSOE, que es la amnistía.

El más interesado en agitar el tema ha venido siendo el PP. Ergo, la polémica sobre lo que Feijóo dijo o no dijo perjudica al candidato socialista, Gómez Besteiro, sin alterar las expectativas de Alfonso Rueda. En todo caso, no descartaría que la polémica del fin de semana engordase aún más a la izquierda nacionalista de Ana Pontón (BNG) a costa de la izquierda no nacionalista de Gómez Besteiro (PSdeG).

Feijóo enfatiza demasiado cuando denuncia a quienes quieren "embarrar la campaña". Con todo lo visto y oído hasta ahora a uno y otro lado de la barricada desde el 23 de julio, no necesitaba convencernos de su muy documentado no es no a la amnistía y a los indultos, en paralelo a su sí es sí a la acción judicial contra los supuestos de terrorismo, traición o malversación que pudieron cometer los responsables del procés.

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Tan ruidoso es el gran asunto nacional que planea sobre el resultado del 18 de febrero en forma de dilema: quinta mayoría absoluta del PP o un Frankenstein a la gallega (BNG-PSOE-Sumar-Podemos) con los nacionalistas de fuerza dominante en la ecuación.

De ahí que un reservón Alfonso Rueda rehúya los debates y se limite a no pisar charcos. Con la vista fija en el argumentario. A saber: "Los gallegos no queremos modelos que están crispando España". Ni media palabra sobre la amnistía en boca de Sánchez y los ministros.

En cambio, el líder de la oposición ha estado y está omnipresente en su tierra con un discurso inequívocamente opuesto a una amnistía incompatible con la igualdad, la seguridad jurídica y la separación de poderes. No necesitaba Núñez Feijóo ponerse tan estupendo con que "Sánchez se queda con el oportunismo y yo con mis principios".

Entramos en la última semana de la campaña, la del carnaval, sin noticia de cambios sustanciales en el tablero, descontado ya el ascenso del BNG en la tríada encabezada por el PP y protegida por ese alto 5% de umbral mínimo para entrar en el reparto de escaños.

Los votos que podría dejarse el PP en los morrales de Vox o DO (Democracia Ourensana) siempre serán menos que los que pueda dejarse el PSdeG-PSOE en los del BNG, Sumar o Podemos. Y la posible entrada de Sumar en el Parlamento con un diputado tampoco alteraría el mapa, porque no sería a costa de los votos de la derecha.

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La amnistía calienta el tramo final de la campaña gallega

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12.02.2024

Una torpeza expresiva de Feijóo provoca una torpeza mayor de los socialistas: colar la cuestión de la amnistía en el último tramo de la campaña gallega. Sánchez y su estado mayor no querían mencionarla antes del recuento del próximo domingo. Pero con la supuesta disposición del PP a indultar a los golpistas ("si se comprometen a no repetirlo, hablaríamos de reconciliación") se han venido arriba.

Craso error, porque la simple referencia a su emparejamiento con el independentismo para colmar las ambiciones del jefe, aunque solo sea para sugerir que Feijóo hubiera hecho lo mismo si Junts se hubiera prestado al mismo canje (indulto por investidura), es nombrar la soga en casa del ahorcado. O mejor, el elefante en la habitación del PSOE, que es la amnistía.

El más interesado en agitar el tema ha venido siendo el PP. Ergo, la polémica sobre lo que Feijóo dijo o no dijo perjudica al candidato socialista, Gómez Besteiro, sin alterar las expectativas de Alfonso Rueda. En todo caso, no descartaría que la polémica del fin de semana engordase aún más a la izquierda nacionalista de Ana Pontón (BNG) a costa de la izquierda no nacionalista de Gómez Besteiro (PSdeG).

Feijóo enfatiza demasiado cuando denuncia a quienes quieren "embarrar la campaña". Con todo lo visto y oído hasta ahora a uno y otro lado de la barricada desde el 23 de julio, no necesitaba convencernos de su muy documentado no es no a la amnistía y a los indultos, en paralelo a su sí es sí a la acción judicial contra los supuestos de terrorismo, traición o malversación que pudieron cometer los responsables del procés.

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