Existe una demagogia de género. Y supone un ejercicio tan absurdo, tan inconsciente, que convierte en derrotas sus propios triunfos. Esa es la paradoja fundamental, que la demagogia de género le haga tanto daño a la lucha contra violencia de género. Lo acabamos de ver con el caso Dani Alves, cuando se han lanzado al cuello de la libertad bajo fianza del condenado con el eslogan repetido de que "en España existe una Justicia para ricos". La estupidez consiste en desacreditar un proceso penal que, orgullosamente, debe simbolizar lo contrario: que, en España, un violador, o un abusador sexual, va a la cárcel por mucho dinero que tenga. Por muy famoso que sea, por mucho poder que tenga, acaba en prisión y condenado por la Justicia ante la verdad de una mujer sin recursos, que no es conocida por nadie.

Desde que fue detenido, el futbolista Dani Alves lo ha intentado todo para quedar en libertad, empezando por la contratación de los mejores abogados que le habrán aconsejado. Su defensa, no solo ha presentado numerosos recursos contra el encarcelamiento antes de ser juzgado, sino que, incluso, adelantó el pago de 150.000 euros de indemnización a la víctima, sin esperar siquiera a que se celebrase el juicio. También hemos visto otras estrategias más sucias, como el intento de desprestigiar a la víctima por parte de algunos familiares. Nada ha conseguido hacer variar la firmeza de la mujer agredida, ni de jueces y ficales. Nada de eso le ha funcionado porque en España, al contrario de lo que afirma esa panda de demagogos inconscientes y ceporros, nadie escapa a la Justicia con un fajo de billetes. (Con solo mencionar esto de "escapar a la Justicia', ya se viene a la cabeza que los únicos que quieren escapar a la Justicia en España son aquellos que conocemos, los de la amnistía, y que el cheque que han extendido ha sido el del poder de Pedro Sánchez, pero esa es otra historia…)

La expresión ‘Justicia para ricos’ sólo encuentra justificación en una realidad que afecta a España, como a todo país desarrollado, y se sustenta en la evidencia de que un multimillonario siempre dispondrá de más recursos para plantear una buena defensa ante los tribunales que un menesteroso que se vea obligado a recurrir a un abogado de oficio, aunque ello no signifique, para nada, que el turno de oficio equivalga a una mala defensa; hay de todo. Esa sería la única posibilidad de sustentar que en España existe una justicia para ricos. Pero esa obviedad podemos extenderla a todo lo que se nos ocurra de nuestra realidad: los ricos siempre podrán disponer de una mejor educación, de mejores viviendas, de mayores placeres, de mejores médicos... Existe una Justicia para ricos igual que existen unas vacaciones para ricos, pero no más allá.

El tope que le pone la Justicia es el Estado de Derecho y la máxima constitucional de que la ley es igual para todos. Eso es lo que prueba el proceso penal contra Dani Alves, que, aunque sea rico y famoso, ha sido encarcelado, procesado y condenado a la pena establecida en la legislación, cuatro años y seis meses de prisión, que podría haber sido mayor, por cierto, sin la última modificación de la ley del solo sí es sí. La decisión de la Audiencia de Barcelona de concederle la libertad provisional, a la espera de que se resuelvan los recursos que se han planteado, es exactamente la misma que se adoptó en su día con los miembros de La Manada. La diferencia es que a Dani Alves se le ha fijado una fianza de un millón de euros, mientras que a los condenados de los Sanfermines se les impuso una fianza de seis mil euros. También se podrían haber fijado en ese ‘detalle’, que, por delitos menos graves, la fianza impuesta al futbolista es exponencialmente muchísimo más elevada. También esto es jurídicamente irreprochable porque lo que se persigue, en cumplimiento de la ley, es que el condenado no pueda fugarse, un riesgo que se incrementa cuando el afectado es multimillonario. En un caso y en otro, lo que ningún tribunal puede hacer es vulnerar los derechos de ninguna persona por el hecho de que disponga de una buena cuenta corriente.

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En muchos de estos juicios mediáticos, se suelen olvidar siempre dos principios elementales de nuestro sistema democrático, que también los delincuentes tienen derechos y que el fin constitucional de la pena de cárcel es la reinserción del condenado. Lo contrario de una Justicia garantista es la Justicia sumarísima, la del señor feudal, la de la Edad Media, que parece que es la que reclaman todos esos que se muestran indignados con la libertad bajo fianza de Dani Alves. "Es como si aún estuviésemos en la Edad Media", ha dicho el presentador y humorista Gran Wyoming en su programa de televisión, con el argumento básico de la demagogia de género: "hay una justicia para ricos y otra para pobres y, a algunos, delinquir les sale muy barato, ya que el dinero les proporciona cierta impunidad".

La ex ministra de Igualdad Irene Montero ha insistido en lo mismo, como era de esperar: "Los hombres poderosos pueden comprar su libertad. Necesitamos que la Justicia sea feminista e igual para todos". Produce hasta miedo pensar en una justicia administrada por una persona como ella… En todo caso, más grave y desolador es que estos argumento de demagogia ignorante los mantenga la propia abogada de la víctima, Ester García. Sin cortarse, ha dejado dicho que la libertad condicional "lanza el mensaje de que hay justicia para personas ricas y que, aun habiendo una sentencia condenatoria, si pagan una fianza, no tiene consecuencias penales".

Los hombres poderosos pueden comprar su libertad. Éste es un peligroso mensaje de desprotección para todas las mujeres.

Necesitamos que la justicia sea feminista e igual para todos. https://t.co/xSSo7p8qfb

— Irene Montero (@IreneMontero) March 20, 2024

No hace falta ser licenciado en Derecho, y ella lo es, para detectar algunas barbaridades insostenibles en esa afirmación. ¿Cómo que no hay ‘consecuencias penales’ si se paga una fianza? ¿Acaso la fianza borra el delito y la sentencia? La empanada mental de esta abogada de Barcelona debe ser fruto de la matraca independentista, seguramente. De tantas mentiras como se dicen, esta mujer ya no sabe distinguir conceptos ni en su propio oficio. Veamos: como ocurrió con los de La Manada, lo normal será que Dani Alves vuelva a la cárcel una vez que se resuelvan los recursos, en el más que previsible supuesto de que la sentencia sea ratificada. Con lo cual, nada de extinción de la pena por el hecho de haber pagado la fianza, obviamente. El rico volverá a la cárcel porque en España no hay una Justicia para ricos, fuera de esa paranoia absurda de la demagogia de todos ellos.

Y cuando deba volver a la cárcel, también entonces el futbolista, que ya ha cumplido una cuarta parte de la condena, podrá acogerse a algunos de los beneficios penitenciarios y de reinserción social al que tienen derecho todos los condenados. Por ejemplo, a la clasificación de tercer grado, con un régimen de semilibertad. Cuando eso suceda, tampoco entonces será una demostración de una justicia medieval, sino de normalidad. La Edad Media, la justicia de mutilaciones, decapitaciones públicas y hogueras, es la justicia que parecen perseguir todos ellos con esa demagogia de género que tanto daño le hace a la necesaria lucha contra la violencia de género.

Existe una demagogia de género. Y supone un ejercicio tan absurdo, tan inconsciente, que convierte en derrotas sus propios triunfos. Esa es la paradoja fundamental, que la demagogia de género le haga tanto daño a la lucha contra violencia de género. Lo acabamos de ver con el caso Dani Alves, cuando se han lanzado al cuello de la libertad bajo fianza del condenado con el eslogan repetido de que "en España existe una Justicia para ricos". La estupidez consiste en desacreditar un proceso penal que, orgullosamente, debe simbolizar lo contrario: que, en España, un violador, o un abusador sexual, va a la cárcel por mucho dinero que tenga. Por muy famoso que sea, por mucho poder que tenga, acaba en prisión y condenado por la Justicia ante la verdad de una mujer sin recursos, que no es conocida por nadie.

Desde que fue detenido, el futbolista Dani Alves lo ha intentado todo para quedar en libertad, empezando por la contratación de los mejores abogados que le habrán aconsejado. Su defensa, no solo ha presentado numerosos recursos contra el encarcelamiento antes de ser juzgado, sino que, incluso, adelantó el pago de 150.000 euros de indemnización a la víctima, sin esperar siquiera a que se celebrase el juicio. También hemos visto otras estrategias más sucias, como el intento de desprestigiar a la víctima por parte de algunos familiares. Nada ha conseguido hacer variar la firmeza de la mujer agredida, ni de jueces y ficales. Nada de eso le ha funcionado porque en España, al contrario de lo que afirma esa panda de demagogos inconscientes y ceporros, nadie escapa a la Justicia con un fajo de billetes. (Con solo mencionar esto de "escapar a la Justicia', ya se viene a la cabeza que los únicos que quieren escapar a la Justicia en España son aquellos que conocemos, los de la amnistía, y que el cheque que han extendido ha sido el del poder de Pedro Sánchez, pero esa es otra historia…)

La expresión ‘Justicia para ricos’ sólo encuentra justificación en una realidad que afecta a España, como a todo país desarrollado, y se sustenta en la evidencia de que un multimillonario siempre dispondrá de más recursos para plantear una buena defensa ante los tribunales que un menesteroso que se vea obligado a recurrir a un abogado de oficio, aunque ello no signifique, para nada, que el turno de oficio equivalga a una mala defensa; hay de todo. Esa sería la única posibilidad de sustentar que en España existe una justicia para ricos. Pero esa obviedad podemos extenderla a todo lo que se nos ocurra de nuestra realidad: los ricos siempre podrán disponer de una mejor educación, de mejores viviendas, de mayores placeres, de mejores médicos... Existe una Justicia para ricos igual que existen unas vacaciones para ricos, pero no más allá.

El tope que le pone la Justicia es el Estado de Derecho y la máxima constitucional de que la ley es igual para todos. Eso es lo que prueba el proceso penal contra Dani Alves, que, aunque sea rico y famoso, ha sido encarcelado, procesado y condenado a la pena establecida en la legislación, cuatro años y seis meses de prisión, que podría haber sido mayor, por cierto, sin la última modificación de la ley del solo sí es sí. La decisión de la Audiencia de Barcelona de concederle la libertad provisional, a la espera de que se resuelvan los recursos que se han planteado, es exactamente la misma que se adoptó en su día con los miembros de La Manada. La diferencia es que a Dani Alves se le ha fijado una fianza de un millón de euros, mientras que a los condenados de los Sanfermines se les impuso una fianza de seis mil euros. También se podrían haber fijado en ese ‘detalle’, que, por delitos menos graves, la fianza impuesta al futbolista es exponencialmente muchísimo más elevada. También esto es jurídicamente irreprochable porque lo que se persigue, en cumplimiento de la ley, es que el condenado no pueda fugarse, un riesgo que se incrementa cuando el afectado es multimillonario. En un caso y en otro, lo que ningún tribunal puede hacer es vulnerar los derechos de ninguna persona por el hecho de que disponga de una buena cuenta corriente.

En muchos de estos juicios mediáticos, se suelen olvidar siempre dos principios elementales de nuestro sistema democrático, que también los delincuentes tienen derechos y que el fin constitucional de la pena de cárcel es la reinserción del condenado. Lo contrario de una Justicia garantista es la Justicia sumarísima, la del señor feudal, la de la Edad Media, que parece que es la que reclaman todos esos que se muestran indignados con la libertad bajo fianza de Dani Alves. "Es como si aún estuviésemos en la Edad Media", ha dicho el presentador y humorista Gran Wyoming en su programa de televisión, con el argumento básico de la demagogia de género: "hay una justicia para ricos y otra para pobres y, a algunos, delinquir les sale muy barato, ya que el dinero les proporciona cierta impunidad".

La ex ministra de Igualdad Irene Montero ha insistido en lo mismo, como era de esperar: "Los hombres poderosos pueden comprar su libertad. Necesitamos que la Justicia sea feminista e igual para todos". Produce hasta miedo pensar en una justicia administrada por una persona como ella… En todo caso, más grave y desolador es que estos argumento de demagogia ignorante los mantenga la propia abogada de la víctima, Ester García. Sin cortarse, ha dejado dicho que la libertad condicional "lanza el mensaje de que hay justicia para personas ricas y que, aun habiendo una sentencia condenatoria, si pagan una fianza, no tiene consecuencias penales".

Los hombres poderosos pueden comprar su libertad. Éste es un peligroso mensaje de desprotección para todas las mujeres.

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No hace falta ser licenciado en Derecho, y ella lo es, para detectar algunas barbaridades insostenibles en esa afirmación. ¿Cómo que no hay ‘consecuencias penales’ si se paga una fianza? ¿Acaso la fianza borra el delito y la sentencia? La empanada mental de esta abogada de Barcelona debe ser fruto de la matraca independentista, seguramente. De tantas mentiras como se dicen, esta mujer ya no sabe distinguir conceptos ni en su propio oficio. Veamos: como ocurrió con los de La Manada, lo normal será que Dani Alves vuelva a la cárcel una vez que se resuelvan los recursos, en el más que previsible supuesto de que la sentencia sea ratificada. Con lo cual, nada de extinción de la pena por el hecho de haber pagado la fianza, obviamente. El rico volverá a la cárcel porque en España no hay una Justicia para ricos, fuera de esa paranoia absurda de la demagogia de todos ellos.

Y cuando deba volver a la cárcel, también entonces el futbolista, que ya ha cumplido una cuarta parte de la condena, podrá acogerse a algunos de los beneficios penitenciarios y de reinserción social al que tienen derecho todos los condenados. Por ejemplo, a la clasificación de tercer grado, con un régimen de semilibertad. Cuando eso suceda, tampoco entonces será una demostración de una justicia medieval, sino de normalidad. La Edad Media, la justicia de mutilaciones, decapitaciones públicas y hogueras, es la justicia que parecen perseguir todos ellos con esa demagogia de género que tanto daño le hace a la necesaria lucha contra la violencia de género.

QOSHE - Dani Alves y la Justicia para ricos, demagogia de género - Javier Caraballo
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Dani Alves y la Justicia para ricos, demagogia de género

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24.03.2024

Existe una demagogia de género. Y supone un ejercicio tan absurdo, tan inconsciente, que convierte en derrotas sus propios triunfos. Esa es la paradoja fundamental, que la demagogia de género le haga tanto daño a la lucha contra violencia de género. Lo acabamos de ver con el caso Dani Alves, cuando se han lanzado al cuello de la libertad bajo fianza del condenado con el eslogan repetido de que "en España existe una Justicia para ricos". La estupidez consiste en desacreditar un proceso penal que, orgullosamente, debe simbolizar lo contrario: que, en España, un violador, o un abusador sexual, va a la cárcel por mucho dinero que tenga. Por muy famoso que sea, por mucho poder que tenga, acaba en prisión y condenado por la Justicia ante la verdad de una mujer sin recursos, que no es conocida por nadie.

Desde que fue detenido, el futbolista Dani Alves lo ha intentado todo para quedar en libertad, empezando por la contratación de los mejores abogados que le habrán aconsejado. Su defensa, no solo ha presentado numerosos recursos contra el encarcelamiento antes de ser juzgado, sino que, incluso, adelantó el pago de 150.000 euros de indemnización a la víctima, sin esperar siquiera a que se celebrase el juicio. También hemos visto otras estrategias más sucias, como el intento de desprestigiar a la víctima por parte de algunos familiares. Nada ha conseguido hacer variar la firmeza de la mujer agredida, ni de jueces y ficales. Nada de eso le ha funcionado porque en España, al contrario de lo que afirma esa panda de demagogos inconscientes y ceporros, nadie escapa a la Justicia con un fajo de billetes. (Con solo mencionar esto de "escapar a la Justicia', ya se viene a la cabeza que los únicos que quieren escapar a la Justicia en España son aquellos que conocemos, los de la amnistía, y que el cheque que han extendido ha sido el del poder de Pedro Sánchez, pero esa es otra historia…)

La expresión ‘Justicia para ricos’ sólo encuentra justificación en una realidad que afecta a España, como a todo país desarrollado, y se sustenta en la evidencia de que un multimillonario siempre dispondrá de más recursos para plantear una buena defensa ante los tribunales que un menesteroso que se vea obligado a recurrir a un abogado de oficio, aunque ello no signifique, para nada, que el turno de oficio equivalga a una mala defensa; hay de todo. Esa sería la única posibilidad de sustentar que en España existe una justicia para ricos. Pero esa obviedad podemos extenderla a todo lo que se nos ocurra de nuestra realidad: los ricos siempre podrán disponer de una mejor educación, de mejores viviendas, de mayores placeres, de mejores médicos... Existe una Justicia para ricos igual que existen unas vacaciones para ricos, pero no más allá.

El tope que le pone la Justicia es el Estado de Derecho y la máxima constitucional de que la ley es igual para todos. Eso es lo que prueba el proceso penal contra Dani Alves, que, aunque sea rico y famoso, ha sido encarcelado, procesado y condenado a la pena establecida en la legislación, cuatro años y seis meses de prisión, que podría haber sido mayor, por cierto, sin la última modificación de la ley del solo sí es sí. La decisión de la Audiencia de Barcelona de concederle la libertad provisional, a la espera de que se resuelvan los recursos que se han planteado, es exactamente la misma que se adoptó en su día con los miembros de La Manada. La diferencia es que a Dani Alves se le ha fijado una fianza de un millón de euros, mientras que a los condenados de los Sanfermines se les impuso una fianza de seis mil euros. También se podrían haber fijado en ese ‘detalle’, que, por delitos menos........

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