En el umbral del nuevo año, cuando las manecillas del reloj se acercan a la medianoche y el pueblo patrio mira de nuevo a Madrid y a su Puerta del Sol, como siempre desde que la tele es tele, nos sumergimos en el ritual de despedir un año y recibir al siguiente con esperanzas y propósitos. Pero, ¿qué es un año más en la vastedad del tiempo? Es como si cada día, cada mes, fueran una pincelada única en el lienzo de nuestras vidas. Algunas son luminosas, irradiando triunfo y alegría; otras son más oscuras, marcadas por desafíos y lágrimas. Pero, en conjunto, este cuadro es nuestra historia, una narrativa compartida que nos conecta en este tejido mágico del tiempo donde la Esperanza es lo último que se pierde.

Al mirar hacia atrás es imposible no sentir gratitud. Agradezco a la vida por las lecciones aprendidas; agradezco a los seres queridos por el amor compartido y agradezco a los lectores que, con fidelidad, han estado al otro lado de estas líneas. Son ustedes, con su complicidad y conexión, quienes dan vida a cada palabra escrita. Y son ustedes los que han llevado a este medio a ser reconocido a nivel nacional. Y a sumar millones de lecturas de este juntaletras de Carmona.

Y tengo a mi tierra en el pensamiento antes de que me atragante con la última uva de las campanadas de mi querido Manu Sánchez. A Andalucía le pido protagonismo en la política nacional, un papel destacado que refleje nuestra rica historia, nuestra identidad. Le pido justicia, un equilibrio que reconozca y valore la contribución única de esta tierra al conjunto de España. Que el nuevo año traiga consigo no solo desafíos superados, sino también logros que resplandezcan como el sol en nuestro cielo. Toca que la política deje de ser un escenario distante y se convierta en un espacio donde la voz de Andalucía resuene con fuerza, donde nuestras aspiraciones se conviertan en mejoras en el día a día de nuestra gente y donde nuestro protagonismo sea innegable. Desde Ayamonte a Pulpí, desde el Guadiato a Tarifa. Para que, como dijo el gran Manuel Clavero Arévalo, “lleguemos a ser lo que debemos ser, sin dejar de ser lo que somos”.

La vida es cruel. No lo digo yo. Es la realidad. Pero es única, no hay otra en este mundo. Y los momentos de sol son maravillosos. Carpe diem, amigo. Somos no sólo lo que dejamos atrás, sino también lo que llevamos con nosotros. Cada recuerdo, cada risa compartida y cada lágrima derramada es parte de nuestro bagaje, esculpiendo la escultura única que somos. Brindemos por la empatía que nos define y por la capacidad de reinventarnos en cada etapa de la vida. Nunca sabremos cual será el fin del trayecto. Dejemos huella. Hagamos lío.

Encontrarán en mí y en mi pequeño rincón de la prensa decana de Sevilla -que cumple en este 2024 sus muy orgullosos 125 años-, una promesa de seguir compartiendo historias que inspiren, informen y conecten. Y mucha pedagogía. Y crítica, claro está. Porque, al final del día, la esencia del periodismo radica en contar las historias de las personas, para bien o para mal. No queda otra.

No obstante, seguro que estará hoy reflexionando sobre lo vivido y soñando con lo que vendrá. Lo sé. No se preocupe. Pero quiero destacar el valor de la verdad, esa fuerza que da solidez a nuestras acciones y cimientos a nuestras relaciones. En el periodismo, como en la vida, la verdad es la estrella polar que nos guía a través de las aguas a menudo turbulentas de la información. Que este nuevo año nos encuentre comprometidos con la búsqueda incansable de la verdad, para construir un relato más fiel, más auténtico. Y un mundo mejor, alejado de los intereses de unos pocos.

Abandonemos de una vez lo turbio, lo cenizo, lo gris. Pintemos de color un mundo en blanco y negro, trágico, sucio. Vivimos en una sociedad tantas veces saturada de desafíos y adversidades que encontrar y celebrar lo positivo se convierte en un acto revolucionario. Casi como defender los valores tradicionales. Reconozcamos y valoremos las pequeñas alegrías, fomentemos la gratitud y construyamos un entorno que nutra lo bueno en nosotros y en los demás. Romero, romero. Y que salga todo lo malo.

Si has llegado hasta aquí, valiente eres. Y yo con estos pelos. Te doy un consejo de vida: tanto en el periodismo, en la docencia o en la vida cotidiana, es crucial recordar la importancia de hacer lo que nos gusta sin pisotear, machacar o ridiculizar a nadie. “No basta con quererlos, hace falta que se sientan queridos”, decía Don Bosco. Hágase. Reina la competencia despiadada; sé fuerte y lucha por el respeto mutuo y la empatía, pilares que sostienen una sociedad saludable. Más allá de rojos y azules.

En definitiva, en este último día del año, en esta última columna de 2023, a modo de carta, levanto la copa y brindo por la vida, la esperanza y por la continuidad de nuestras historias. Carpe Diem, El Correo de Andalucía. Aquí seguiremos de tu mano. Por un 2024 lleno de posibilidades infinitas. ¡Salud, Andalucía! A seguir escribiendo nuestra historia juntos. Que cada página sea una aventura, cada línea un suspiro y cada palabra un tributo a la riqueza de nuestras experiencias compartidas. De nuestras vidas. Por España y la Humanidad. Que así sea.

QOSHE - Feliz 2024 y Carpe diem - Ezequiel García
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Feliz 2024 y Carpe diem

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31.12.2023

En el umbral del nuevo año, cuando las manecillas del reloj se acercan a la medianoche y el pueblo patrio mira de nuevo a Madrid y a su Puerta del Sol, como siempre desde que la tele es tele, nos sumergimos en el ritual de despedir un año y recibir al siguiente con esperanzas y propósitos. Pero, ¿qué es un año más en la vastedad del tiempo? Es como si cada día, cada mes, fueran una pincelada única en el lienzo de nuestras vidas. Algunas son luminosas, irradiando triunfo y alegría; otras son más oscuras, marcadas por desafíos y lágrimas. Pero, en conjunto, este cuadro es nuestra historia, una narrativa compartida que nos conecta en este tejido mágico del tiempo donde la Esperanza es lo último que se pierde.

Al mirar hacia atrás es imposible no sentir gratitud. Agradezco a la vida por las lecciones aprendidas; agradezco a los seres queridos por el amor compartido y agradezco a los lectores que, con fidelidad, han estado al otro lado de estas líneas. Son ustedes, con su complicidad y conexión, quienes dan vida a cada palabra escrita. Y son ustedes los que han llevado a este medio a ser reconocido a nivel nacional. Y a sumar millones de lecturas de este juntaletras de Carmona.

Y tengo a mi tierra en el pensamiento antes de que me atragante con la última uva de las campanadas de mi querido........

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