Arranca la legislatura y lo hace con los españoles instalados en la polarización más absoluta y en una crispación descomunal.

Una vez acabada la votación y tras el anuncio de los resultados por parte de la presidenta del Congreso de los Diputados (con 179 síes y 170 noes, mayoría absoluta), Alberto Núñez Feijóo ha ido hasta el escaño de Pedro Sánchez (presidente legítimo porque así lo han decidido los representantes políticos de los españoles) para felicitarle. Ojalá que ese gesto fuera una constante durante los próximos cuatro años, pero me temo que no será así. De hecho, ya ha dejado de serlo.

He presenciado (estaba a veinte metros del lugar en el que ha ocurrido) cómo un grupo de energúmenos insultaban a algunos diputados del PSOE. Les decían que ante ellos agachasen la cabeza, les increpaban y acosaban, y les han lanzado, al menos, un huevo (han alcanzado a Herminio Sancho, diputado por Teruel, sin consecuencias por fortuna). No he podido ver más puesto que se ha organizado un alboroto que me lo ha impedido. Se estaba viendo venir. El grupo que protestaba ha ido elevando el tono con rapidez y los que lo formaban han terminado casi echando espuma por la boca. Mucho odio y mucha ignorancia. Y todo esto no puede ser. Aquí no hay debate: no puede ser.

Hoy, nos guste mucho o nada (a mí me parece que los pactos que han firmado PSOE y siete grupos más son un error y que no traerán nada bueno a España) hemos asistido a un acto democrático absoluto. Nadie se ha saltado las normas, se han seguido escrupulosamente las reglas del juego. Aquí no hay golpes de Estado ni gaitas. Y todo esto no puede salpicarse con posts en redes sociales señalando a políticos con nombre, apellidos y foto (lo que han hecho en el PP resulta inadmisible) justo después de condenar la violencia. Es muy peligroso jugar con las actitudes violentas y no se pueden tolerar de ninguna de las maneras. ¿Cómo es posible que, después de la votación, la portavoz de Vox siga diciendo que el Gobierno no podrá pedir el cumplimiento de las leyes a nadie por no disponer de legitimidad? Algunas actitudes son temerarias y sólo sirven para alimentar el fuego.

Desconozco qué es lo que va a ocurrir durante los próximos cuatro años. Espero que todo sea prosperidad, libertad y derechos para los ciudadanos, lo espero de corazón aunque me temo que la situación no lo va a poner fácil y tal vez nos enfrentemos a tiempos peores de lo esperado. Lo que sí creo que debemos tener todos los españoles en la cabeza es que la democracia no puede venirse abajo y menos a causa de actitudes violentas o estúpidas.

Arranca la legislatura y el futuro de un país entero.

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Arranca la legislatura y el futuro de España con Pedro Sánchez a los mandos

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16.11.2023

Arranca la legislatura y lo hace con los españoles instalados en la polarización más absoluta y en una crispación descomunal.

Una vez acabada la votación y tras el anuncio de los resultados por parte de la presidenta del Congreso de los Diputados (con 179 síes y 170 noes, mayoría absoluta), Alberto Núñez Feijóo ha ido hasta el escaño de Pedro Sánchez (presidente legítimo porque así lo han decidido los representantes políticos de los españoles) para felicitarle. Ojalá que ese gesto fuera una constante durante los próximos cuatro años, pero me temo que no será así. De hecho, ya ha dejado de serlo.

He presenciado (estaba a veinte metros del........

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