Es muy probable, por desgracia, que la escasez de agua en numerosas regiones españolas, particularmente en Andalucía, cause en 2024 muchos más perjuicios económicos que los ya contabilizados de modo cuantioso en 2023. Y, aun sin llegar a los extremos del período pandémico covid, la persistencia de la sequía en un horizonte de cambio climático influirá en que se acentúe la dicotomía entre los modelos de actividad económica basados en la presencialidad y en los recursos naturales del entorno, respecto a los modelos que se sustentan en la innovación tecnológica cuya materia prima es el talento, a desarrollar desde cualquier lugar del mundo y con mucha menos dependencia de la coyuntura en el terruño.
Las restricciones en el suministro de agua potable pueden generalizarse no solo en los municipios medianos o pequeños que ya las sufren, sino también en las grandes ciudades. Motivo más que perentorio para que en las conversaciones de mesa camilla o de opinión pública, también en ciudades como Sevilla, se dialogue sobre cuáles son los referentes a tener en cuenta para orientar adecuadamente la perspectiva de presente y futuro a nivel económico, profesional y social. Aquí le señalo algunos:
Empleo y economía basados en la innovación aplicada a los vehículos aéreos no tripulados. Mejor nos iría si la sevillanía incluyera en sus señas de identidad que desde los parques tecnológicos de Cartuja y de Aerópolis hay lugares de trabajo donde el pan nuestro de cada día es la creación e implementación de sofisticados dispositivos y funcionalidades en la amplia gama de máquinas que coloquialmente son denominadas únicamente con la palabra drones. Conviene darse prisa en hacer realidad la creación del Centro de Innovación en Vehículos Aéreos No Tripulados y Movilidad Aérea Urbana, cuyas siglas van a ser CUAM, para el que ya hay una dotación inicial de 6 millones de euros. Su enorme potencial se basa en los avances de primer nivel internacional ideados y validados por el Grupo de Investigación Robótica, Visión y Control de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Industrial en la Universidad de Sevilla, seleccionado desde hace más de 15 años por la Comisión Europea para llevar a cabo proyectos sofisticados y muy competitivos.Tras una primera fase de puesta en marcha de laboratorios desde una nave en Aerópolis, ya tienen planificada para el CUAM una segunda fase que incluye también sede de operaciones de vuelo y formación en terrenos del acuartelamiento aéreo de Tablada.
La sequía tampoco va a frenar los encomiables esfuerzos y logros de muchos profesionales que desde empresas en Sevilla contribuyen a los avances en el sector energético. Y los hay en todas las vertientes de la renovación: generación, almacenamiento, distribución, climatización, etc. Lo mismo sucede en la biomedicina, en la biotecnología, en los desarrollos de programación de software, en los modelos de inteligencia artificial, en la producción de alimentos, por citar algunos de los ámbitos con excelencia contrastada. Conocer y apoyar a estos adalides de la innovación para que a su alrededor se estructuren polos industriales es incomparablemente más útil para Sevilla y Andalucía que seguir hablando hasta la saciedad únicamente de nuestra dimensión turística.
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