Un buen libro es el mejor y más barato tratamiento de belleza. Recuérdelo, como gimnasia diaria, también en Navidad, también en la cuesta de enero. Un buen libro es la madre de todas las bellezas naturales, basadas en el cuidado de la mente, para limpiar y nutrir tanto las células del fuero interno como las células de la piel. Unas y otras nos ponen en contacto con el ambiente exterior, ya sea éste amigable, hostil, ignoto o desconcertante. Tenemos una gama enorme de buenos libros a nuestra disposición para hidratarnos y vitaminarnos. Desde los magistrales a los interesantes o ilustrativos. Porque hay millones de libros de los que puede objetivarse su calidad, pues en su composición se han detectado algunos de los ingredientes saludables para el bienestar individual y colectivo. No es una cifra exagerada. La Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos tiene en sus fondos un catálogo universal de más de 25 millones de libros, y no dan cabida a cualquier ocurrencia. También tiene millones la Biblioteca Nacional de España. Durante más de dos milenios, los humanos hemos ido germinando un inmenso legado de escrituras con descripciones, razonamientos o fantasías de valor perdurable. No tienen fecha de caducidad para alimentarnos las neuronas, para encauzar las emociones, para depurar los entripados.

Con tanta oferta, en cantidad, calidad y asequible para todos los gustos, edades y bolsillos, las librerías deberían ser uno de los habituales comercios de proximidad. Tan indiscutibles en el paisaje de barrio y en la interlocución vecinal como las farmacias y las tiendas del desavío. Pero esa potencialidad está totalmente desaprovechada. Incluso en los barrios céntricos de las principales capitales está menguando rápidamente el número de librerías que son capaces de sobrevivir a los cambios del consumismo y a la transformación del modelo de negocio. Este año 2023 ha echado el cierre una de las librerías más emblemáticas de España: Lagun, de San Sebastián. Fue capaz de resistir los ataques de ETA pero ha sucumbido a la competencia que hace la empresa Amazon para comprar desde una pantalla y que te lo lleven al domicilio. En Sevilla, está capitulando y cerrando la generación que, desde librerías como Reguera, Yerma, El Gusanito Lector, Panella, Caótica, entre otras, idealistamente decidieron aventurarse en el oficio de librero porque era una de las vías mediante la que podían materializar su sueño de contribuir a mejorar nuestra sociedad. Vocaciones alumbradas por las vivencias y las expectativas del espíritu de la transición democrática, la recuperación de los vasos comunicantes con Europa y la estructuración de servicios educativos e instituciones culturales. Pensaban que para ellos soplaría a favor el viento de la evolución histórica y que las brújulas de la vida cotidiana señalarían hacia su interior como signo de los tiempos. Pero la nobleza de su propósito se ha topado con los nuevos paradigmas de la socialización, que, en general, tampoco incluyen en la época actual entre la lista de recomendaciones una tan buena como ir a librerías para curiosear, preguntar, conversar y comprar.

Las librerías son centros de salud de atención primaria. Pero lo que está proliferando por doquier en el paisaje de cualquier municipio son los 'centros de salud y belleza', 'centros de medicina y estética', 'centros integrales de belleza y bienestar', 'clínicas de cirugía estética' y otros con denominaciones similares. Es evidente que para eso sí sale asiduamente a la calle mucha gente que se siente impelida a alinearse con las tendencias de modelar el exterior corporal, aunque sean costosas intervenciones cuyos resultados son perecederos en pocos años. Nunca hay tanta demanda de salud y belleza haciendo cola en las tiendas de alimentación ecológica, ni siquiera en los lineales de los supermercados con mercadería fresca de etiqueta 'eco'. Lo veo cada vez que acudo tanto a unos como a otros. Y la alimentación sana es, como la lectura de buenos libros, fuente primordial de salud, belleza y bienestar. A la larga, es mucho más barato pagar aceite de oliva virgen extra que someter a nuestro cuerpo a facilonas dosis de viandas ultraprocesadas.

Urge contribuir a la recualificación de la nueva generación de libreros y de tenderos para que sepan hacer viables económicamente sus iniciativas, teniendo en cuenta la realidad de la doble dimensión presencial y digital que hoy en día tenemos todos los ciudadanos. Han de saber crear comunidad en una escala más grande, entendiendo que el concepto proximidad tiene geográficamente un radio de acción mucho mayor que antaño. Y cada uno de nosotros, en tanto que consumidores, tenemos el poder de decisión sobre qué elegimos, influyendo a la vez en nuestro propio beneficio y en el modelo de sociedad que queremos construir. Yo siempre compro los libros acudiendo a librerías. Como la sevillana Rayuela, galardonada a nivel nacional con el Premio Librería Cultural por su formidable labor para conseguir incardinar la pasión por la buena lectura desde la infancia.

QOSHE - Un buen libro es el mejor y más barato tratamiento de belleza - Juan Luis Pavón
menu_open
Columnists Actual . Favourites . Archive
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close
Aa Aa Aa
- A +

Un buen libro es el mejor y más barato tratamiento de belleza

5 0
17.12.2023

Un buen libro es el mejor y más barato tratamiento de belleza. Recuérdelo, como gimnasia diaria, también en Navidad, también en la cuesta de enero. Un buen libro es la madre de todas las bellezas naturales, basadas en el cuidado de la mente, para limpiar y nutrir tanto las células del fuero interno como las células de la piel. Unas y otras nos ponen en contacto con el ambiente exterior, ya sea éste amigable, hostil, ignoto o desconcertante. Tenemos una gama enorme de buenos libros a nuestra disposición para hidratarnos y vitaminarnos. Desde los magistrales a los interesantes o ilustrativos. Porque hay millones de libros de los que puede objetivarse su calidad, pues en su composición se han detectado algunos de los ingredientes saludables para el bienestar individual y colectivo. No es una cifra exagerada. La Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos tiene en sus fondos un catálogo universal de más de 25 millones de libros, y no dan cabida a cualquier ocurrencia. También tiene millones la Biblioteca Nacional de España. Durante más de dos milenios, los humanos hemos ido germinando un inmenso legado de escrituras con descripciones, razonamientos o fantasías de valor perdurable. No tienen fecha de caducidad para alimentarnos las neuronas, para encauzar........

© El Correo de Andalucía


Get it on Google Play