Hace más de cuarenta años que me empeñé en sacar del olvido a los artistas flamencos de antaño, que se fueron la mayoría de ellos sin pena ni gloria. Llevo años intentando acabar una biografía de la célebre cantaora María la Moreno, que estuvo casi toda su vida viviendo en la Alameda de Hércules. Me dijo Fosforito hace unos días que la conoció y que la escuchó cantar en Los Majarones. “Era alta y con una melena blanca, algo desaliñada, y con una voz que imponía. Recuerdo que cantó por soleá sin guitarra marcando el compás con los nudillos en una mesa, y temblaban las paredes”, recuerda el maestro, quee la conoció el mismo años que ganó todos los premios en Córdoba.

La Moreno murió en Sevilla hace poco más de sesenta años, o sea, poco tiempo, pero se sabe muy poco de su vida. La biografía que preparo, que estará lista en pocos días, la rescatará del olvido y recuperará a la gran cantaora, desmitificando al personaje. Lo que de verdad importa es cómo cantaba y lo que aportó, no lo dura que fue su vida, sus problemas y frustraciones. El objetivo era darle una identidad, decir quién fue en realidad, de dónde era, en qué lugares vivió a lo largo de su no muy larga vida, y hasta cuándo. Hay demasiadas conjeturas sobre su vida y biografía artística y se le ha hecho bastante daño precisamente por el desconocimiento sobre su vida artística y los tópicos del romanticismo flamenco.

No voy a desvelar hoy su identidad, será dentro de unos días, pero puedo adelantar que era hija de un gitano de San Fernando que acabó por Sevilla, donde fue trabajador del Muelle. La primera noticia que hay sobre La Moreno como cantaora es en Sevilla, de 1912. Según El Liberal del 24 de diciembre de este año, la joven cantaora tenía que someterse a una delicada operación y recurrió a su amiga la Niña de los Peines para que le hiciera un beneficio, como se decía en aquellos años. Se celebró en el popular Salón Oriente, de la calle Trajano, y actuaron celebridades del cante como José Cepero, el Niño de Medina, Manuel Escacena y Pastora Pavón, entre otros célebres artistas de aquellos años.

Pastora fue una de sus principales referencias, pero La Moreno se miró más en el espejo de su gran amiga Luisa la Pompi, la cantaora jerezana, que fue una de las hermanas del gran Niño Gloria. Cantó mucho con ella en los años veinte y treinta, aunque no le gustaban mucho los escenarios, prefiriendo las fiestas privadas, como ocurrió con Juan Mojama, Tomás Pavón o la propia Pompi. El guitarrista sevillano Eduardo el de la Malena, que le tocó y la conoció bien, le dijo a Manuel Herrera Rodas que tenía un sello propio, un cante muy personal. Lo mismo dijeron otros artistas como Paco Valdepeñas, Manolo Caracol o el guitarrista Manolo Brenes, uno de los que mejor interpretaban sus cantes.

Como buena jerezana, su cantes eran la bulería para escuchar y las bulerías festeras, creando escuela en estos palos, en la que tomaron clases el citado Caracol, Pepe el Culata o Tomás Pavón entre otros. Tenía una voz potente, con rajo gitano jondo y una comunicación extraordinaria, según se puede comprobar en el único cante que hay de ella, de grabación casera, una auténtica joya musical de la escuela jerezana. En esa grabación estaba ya algo quemada –murió meses después–, pero da una idea de la clase de cantaora que tuvo que ser, de una pureza interpretativa muy poco común en aquellos años.

En breve sabremos qué parentesco familiar tuvo en realidad con las hermanas Moreno, de Rota y Jerez, que en la segunda década del pasado siglo vivían en Madrid, donde triunfaban como bailaoras. Eran cuatro hermanas emparentadas con el Moreno de Rota, el bailaor que llevaba Silverio Franconetti en su compañía en los años setenta del XIX, y que tuvo de encargado de su café cantante de la céntrica calle Rosario de Sevilla.

QOSHE - Aquella Moreno de la Alameda - Manuel Bohórquez
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Aquella Moreno de la Alameda

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15.12.2023

Hace más de cuarenta años que me empeñé en sacar del olvido a los artistas flamencos de antaño, que se fueron la mayoría de ellos sin pena ni gloria. Llevo años intentando acabar una biografía de la célebre cantaora María la Moreno, que estuvo casi toda su vida viviendo en la Alameda de Hércules. Me dijo Fosforito hace unos días que la conoció y que la escuchó cantar en Los Majarones. “Era alta y con una melena blanca, algo desaliñada, y con una voz que imponía. Recuerdo que cantó por soleá sin guitarra marcando el compás con los nudillos en una mesa, y temblaban las paredes”, recuerda el maestro, quee la conoció el mismo años que ganó todos los premios en Córdoba.

La Moreno murió en Sevilla hace poco más de sesenta años, o sea, poco tiempo, pero se sabe muy poco de su vida. La biografía que preparo, que estará lista en pocos días, la rescatará del olvido y recuperará a la gran cantaora, desmitificando al personaje. Lo que de........

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