Del partido Socialista Obrero Español podemos esperar cualquier cosa mientras siga en manos del autócrata Sánchez. Su mejor aliado en el Congreso es EH Bildu, lo que lo dice todo. Lo último, darle la alcaldía de Pamplona al partido vasco que en las pasadas elecciones municipales llevaba condenados de ETA en sus listas electorales. El pacto encapuchado, ¿recuerdan? Ya tienen ahí parte del acuerdo por hacer presidente a Sánchez. ¿Es esto menos grave que Abascal dijera que un día el pueblo podría colgar por los pies a Sánchez, que además de grave fue una torpeza? Que lo diga Patxi López. ¿Qué otras facturas le va a pasar Bildu a Sánchez? Piensen en lo peor y acertarán. “Con Bildu no vamos a pactar nada”, dijo el presidente en reiteradas ocasiones. ¿Recuerdan? Hablaban de líneas rojas. Pero como Sánchez sabe que no lo castigan por esto en las urnas, seguirá pagando facturas a independentistas y proetarras, porque lo tienen cogido por los gemelos. Esta misma mañana, la señora Nadia Calviño, que abandona el barco para ganar 30.000 euros al mes en su nuevo cargo europeo, volvía a hablar de la “buena marcha de la economía” en la sesión de control al Gobierno, que no cuadra con el hecho de que estemos a la cabeza de Europa en pobreza infantil. Hasta Oskar Matute, de Bildu, que es aliado, le ha puesto la cara colorada esta mañana a la señora Gaviño, recordándole no solo lo de la pobreza infantil sino el paro femenino y juvenil. Cuatro de cada diez jóvenes europeos en paro son españoles. Pero ahí estaba Yoli la Modelitos para desviar la atención diciéndoles a los populares que ellos lo hicieron peor, mientras la vicepresidenta Montero la jaleaba como si estuviera en un tablao de barrio, con la faca en la liga. Y el que faltaba esta mañana para agriar la mermelada de la tostada era Félix Bolaños, acusando de ultra a una diputada de la oposición porque estuvo en la toma de posesión de Milei en Argengtina, donde también estuvo Felipe VI, el jefe del Estado. Cuando este sujeto habla, suelo apagar la tele.