Anoche acabé el árbol genealógico de mi familia por parte paterna para que lo tengan mis sobrinos y sus hijos. Para que estén orgullosos de su familia, aunque fueran todos analfabetos, como pude comprobar en el Padrón de Vecinos de Arahal de 1900. Eran de la calle Dorados, cerca de la calle Óleo, donde está la célebre Mazaroca, el restaurante favorito de Felipe VI. Conservo en una carpeta de piel todos los documentos de mi familia, originales, como un tesoro. La inmensa mayoría de mis antepasados eran jornaleros del campo, tanto por línea paterna como materna. En el citado padrón de vecinos compruebo que la mayoría de los jornaleros del pueblo de esa época eran iletrados, no sabían ni firmar el padrón. Una hermana de mi abuela paterna, Rosario Ponce García, me contó que su padre, o sea, mi bisabuelo, Manuel Ponce Bohórquez, era muy flamenco, de los que no se perdía ninguna feria del pueblo o de los pueblos cercanos. En la partida de nacimiento del hermano mayor de la Niña de los Peines, Arturo Pavón Cruz, que nació en la calle Juan Pérez en 1882, aparece la firma de un antepasado mío, Antonio Bohórquez, que era sereno y dicen que un auténtico conquistador. Usaba sombrero y capa y cuentan que las mujeres suspiraban a su paso por las calles, de lo guapo y bien plantado que era.

Mi padre era Pepe el Sereno, apodado así por este hombre y por mi abuelo paterno, Antonio Bohórquez García, que también fue sereno, de la calle Dorados. Anoche lloré a lágrima viva viendo todos esos documentos y pensando en las fatigas que pasarían siendo explotados en el campo, como animales, y en que nunca leerían un libro. Tenían fama en el pueblo de ser personas honradas, trabajadoras y cumplidoras de sus obligaciones. Este es el mejor legado de mi familia, del que me siento orgulloso. No hubo otro, porque eran pobres. Con casa propia, eso sí, en la calle Dorados, donde aún vive parte de mi familia. Siempre que iba a Arahal a pasar los veranos, lo primero que hacía al llegar al pueblo era ir a esta calle, a la casa de mi familia y me encantaba ver a la Chacha Rosarito sentada en una hamaca, en el patio, con una moña de jazmines en el pelo y una luz en la cara que parecía un ángel. Era el niño más feliz del mundo viéndola en un patio preñado de flores y escuchando sus historias de la infancia, cuando todos comían en un mismo plato y se repartían las camas, dos o tres niños en cada una de ellas. No sabrían leer ni escribir, como reza en el censo de vecinos, pero escribieron una hermosa historia.

QOSHE - Orgulloso de mis ancestros - Manuel Bohórquez
menu_open
Columnists Actual . Favourites . Archive
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close
Aa Aa Aa
- A +

Orgulloso de mis ancestros

4 0
06.01.2024

Anoche acabé el árbol genealógico de mi familia por parte paterna para que lo tengan mis sobrinos y sus hijos. Para que estén orgullosos de su familia, aunque fueran todos analfabetos, como pude comprobar en el Padrón de Vecinos de Arahal de 1900. Eran de la calle Dorados, cerca de la calle Óleo, donde está la célebre Mazaroca, el restaurante favorito de Felipe VI. Conservo en una carpeta de piel todos los documentos de mi familia, originales, como un tesoro. La inmensa mayoría de mis antepasados eran jornaleros del campo, tanto por línea paterna como materna. En el citado padrón de vecinos compruebo que la mayoría de........

© El Correo de Andalucía


Get it on Google Play