“Una mujer de unos 25 años y su hija han fallecido sobre las 00.30 horas de esta madrugada tras sufrir heridas de arma blanca...”.

Esto es de EFE Noticias, no es un comentario de Facebook. Y es una vergüenza, porque no han “fallecido”, han sido asesinadas por una bestia. Las cifras de este año son un escándalo y es algo que no se explica. ¿O sí? El Ministerio de Igualdad de Irene Montero ha sido un puto desastre. O sea, las políticas del Gobierno de protección de la mujer han fracasado totalmente y no creo que haya sido por falta de dinero, porque ha habido mucha pasta para políticas de protección y apoyo a la mujer, pero al final se invirtió en otras cosas. Más de dos mil millones de pesetas, que no es moco de pavo. Esto contrasta con el apoyo ciudadano que aún tiene Pedro Sánchez, a pesar del desastre de su gestión en muchos aspectos, que nunca van a reconocer los fanáticos del socialismo verbenero ni esos medios que se apuntaron al sanchismo. Hay encuestas que le dan casi medio millón de votos más al PP, con respecto a las pasadas elecciones, si se repitieran comicios ahora. A pesar de que estamos entre los países más pobres de Europa. Incluso se dice ya muy en serio que en realidad somos los más pobres, aunque cueste creerlo, sobre todo porque en la formación del nuevo Gobierno no ha habido reducción de ministerios, como se esperaba. Sevilla, que es aún un granero de votos socialistas, sigue teniendo los barrios más pobres del país. Me lo hubieran dicho hace cuarenta años, cuando vivía en uno de ellos, y me hubiese revolcado en el suelo de la risa. Pero tiene muy poca gracia. ¿Podemos empeorar aún? No lo duden. Eso dice, al menos, Christine Legarde: que habrá un repunte de la inflación y anticipa un frenazo en la creación de empleo. Es la presidenta del Banco Central Europeo, y algo sabrá de esto. Pero con ser feo el asunto de los problemas de las cosas de comer, lo peor de todo, lo que ya no se puede aguantar más, es que estén siendo asesinadas tantas mujeres en nuestro país, e incluso niños, como ocurrió ayer mismo. En esto no podemos empeorar. O no debemos.