Incertidumbre y experiencia ambas caras de la moneda alzan las copas de la existencia hoy, el último día del año... Se acaba la escalera al tiempo que ya recién pisamos un nuevo peldaño, y, de reflexión ¡nos damos un buen baño! Sumamos vida, sumamos años, alegrías, desengaños y con el paño de nuestra humanidad quitamos el polvo del «qué dirán» a cada una de nuestras vivencias...

De mi pequeño balance mental saco en claro que nunca hay que ser tacaño en «ser de verdá« pues la persona que es REAL es la que, a pesar de los obstáculos, consigue avanzar. La persona que es de «verdá« si habla, es para aportar, si no, cede el lugar al silencio... La persona que es de «verdá« no entona aquello del «yo sentencio», porque ni juzga, ni condena, simplemente disfruta creando experiencias que merezcan la pena...

La persona que es de «verdá« es así ¡y ya está! Algunos pobres de espíritu confunden esa bondad natural con estupidez, quizás es que viven en el mundo al revés donde los peces ya no beben en el río de la solidaridad porque lo congeló la atmósfera del desconfiar... Una auténtica pifia confundir la originalidad personal con estulticia... Así es como lo humano del humano se asfixia...

La persona que es de «verdá« no espera nada a cambio ni es amiga de insultos, agravios o intereses... A ella lo que le recompensa con creces es saber que trata a cada quien como merece, y en cada oportunidad que tiene algo bueno que dar, no duda, lo ofrece (por mucho o poco que sea).

La fidelidad a uno mismo es el certero puente para salvar el más peligroso de los abismos... «No es el avión, es el piloto« ¡cuánta razón tenía Maverick en Top Gun! Porque lo que resulta determinante para ganar eres TÚ: Talento Único, con tu autenticidad y tu actitud. La gloria, el riesgo, la responsabilidad corresponden a quien tiene la valentía de pilotar (ya sea un avión o la propia vida). Así pues, deseo que inaugures este 2024 del modo más grato: A lo Maverick...