La masacre de Gaza nos acaba de confirmar que es legal machacar al débil, al indefenso en general, para vengar otra matanza. La diferencia es que la venganza de los buenos la lleva a cabo un estado legítimo y democrático apoyado internacionalmente por potencias igualmente legítimas y democráticas que a la venganza la llaman “derecho a defenderse”. Los buenos -que somos nosotros- han hecho lo que dije no hace mucho aquí mismo, acordándome de una matanza de cátaros que en la Edad Media ordenó el Papa: maten a todos que ya Dios sabrá distinguir a los inocentes de los culpables. Vale, ahora, los malos ya lo saben: ellos también se conceden licencia para matar a quien caiga, vengando la matanza con otra matanza que puede durar un siglo, por lo menos.
De todo se aprende. Hace muchos años que lo sabía por simple estudio de la Historia y observación de la realidad. Ahora se re-confirma, la veda está abierta para llevar a cabo actos de selección natural con víctimas colaterales. Se eliminan a los descerebrados de Hamas y de paso a cuantos inocentes se crucen por el camino. Suelen hablar los medios de mujeres y niños, dale que te pega con las mujeres y los niños. Y con los abuelos y abuelas. Supongo que también habrá muerto alguno de Hamas que, a pesar de todo, a pesar de que la ofensiva va contra ellos, tienen ventaja: saben de qué va aquello, conocen el terreno y están organizados, con ayuda externa, además. Sin embargo, nada que ver con la ayuda que recibe Israel.
Los islámicos han dejado ver sus miserias una vez más: mucha bravuconería de Irán, de Arabia, de Qatar, de Hezbolá, pero allí que han dejado a los palestinos para que los “gaseen” nuevamente los que un día fueron gaseados. Biden y la UE no han dudado: a matar. No sé qué van a hacer si esta barbarie termina. Hamas también ha bravuconeado. Verán -decían- cuando entren los israelitas en Gaza para ellos será el infierno, no saldrán vivos. Y se han plegado a liberar rehenes porque los estarán machacando. A ellos se les da mejor matar y secuestrar personas inermes tanto en Israel como en todo Occidente. La acometida de Israel no la han soportado y por su altanería y su cobardía han muerto miles de sus compatriotas.
Ninguno tiene patria ahí, ni los de Hamas ni los palestinos. Un ejército vengador apoyado por sus amigos los está aplastando. Ahora ya tenemos todos las manos manchadas de sangre, ellos -Hamas- y nosotros. Putin está justificado, se nos terminó ese derecho que nos hemos dado de decir quién es el invasor y quién el invadido. La lección que aprendemos -una vez más- es que la vida humana no vale nada para los violentos orientales y occidentales, la lección consiste en tener armas nucleares y un software propio para ser respetados y que gobierne el mundo no la razón y la sensibilidad hacia nuestros semejantes sino el equilibrio del terror que inspira miedo a la muerte.
¿Va a tener Palestina un país propio con plena soberanía? Todos lo demás es condenar a esa gente a que siga el genocidio, algo habitual en la historia de los seres humanos pero que a estas alturas empieza a chirriar bastante, igual que chirrían las dobles varas de medir acontecimientos similares. Por lo pronto, lo tengo claro: he de estar preparado para morir en cualquier momento porque ellos tienen el mismo derecho que nosotros a matar a quien sea. No hace falta hablar de derechos, es una simple reacción instintiva que ha existido siempre. Si nosotros que somos los civilizados no empezamos a arreglar esto no se le puede pedir a los otros que lo hagan.
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