Cuando ustedes lean esta columna yo estaré en Nueva York si es que ha ido bien el viaje. Siempre que voy en un avión y el comandante nos desea buen vuelo soy yo el que se lo deseo a él y al copiloto que es lo importante. Ahora han hecho otra película con el avión que se estrelló en Los Andes en los años 70. No pienso ir a verla, no me atrae ese asunto, por nada del mundo quisiera verme en una de ésas. El miedo a volar se pierde volando mucho, como todo en la vida porque a todo se acostumbra uno a pesar de que no estemos hechos los humanos para volar. Yo tuve mucho miedo a volar, ahora, después de un montón de garbeos, le digo al comandante que tire p’arriba y que salga el sol por Antequera.

No he estado nunca en Nueva York, sí en Miami, en Los Ángeles, en Las Vegas, en Dallas, en El Paso, pero no en la ciudad que nunca duerme que más vale que durmiera de vez en cuando y así no se producirían tantas muertes. A ver qué marcha me encuentro en Nueva York, los de Mecano cantaban aquello de “no hay marcha en Nueva York y los jamones son de York”, eso junto a que un sujeto levantó el puño imitando a la estatua de la libertad y lo detuvieron confundiéndolo con un comunista. No deseo que en Nueva York ni en China se aficionen al jamón, jamón, nos quedaríamos nosotros sin ninguno.

Quiero contemplar las lucecitas de Navidad, las músicas y los patinajes sobre hielo; voy a ver si invierto en Wall Street y me crece el dinero como sucede en las películas. Quiero pasear, simplemente pasear y observar, el viajante, el periodista, deben observar mucho, nada de casquitos por la calle y ensimismamiento, el estudioso de la vida está siempre bien despierto, una vez que te han traído al mundo sin pedirlo el mayor sentido que encierra la vida es intentar entenderla todo lo que se pueda antes de abandonarla generalmente contra tu voluntad.

Confieso que hay algo que me inquieta: Gaza. Voy a un país ensalzado continuamente por las quintas columnas mediáticas que controla en todo el mundo y por la industria audiovisual y digital que con tanto talento produce y modela mentes. Pero cualquier observador imparcial es consciente de lo que esconde e imagina lo que debe esconder y no podemos saberlo porque el poder es poder debido a que conoce mucho más que los que no lo somos. Israel está matando a sus anchas y EEUU le está diciendo que siga pero que lo haga con más tino y elegancia. La ONU ha condenado el hecho pero la ONU es como el apéndice intestinal que no sirve para nada pero tiene que existir.

No podría extrañarme si el avión que me ha llevado -o eso espero- hasta la llamada ciudad de los rascacielos se ha desintegrado con un obús lanzado desde tierra o si, disfrutando de la hospitalidad neoyorquina, un desquiciado se ha liado a tiros o se ha inmolado para vengar a su manera la matanza de Gaza. Total, todos los que muriéramos seríamos un simple número y la gente se acercaría a la televisión y a las redes con morbo para ver el desastre. Se armaría la mundial unos pocos días, seguirían matando palestinos, la vida continuaría su andadura, nos dedicarían un homenaje, tal vez un arbolito de recuerdo y nos tendrían por víctimas de los terroristas a los que hay que combatir, seríamos los muertos útiles para prolongar las guerras y las muertes de inocentes, de otros inocentes más inocentes aún que nosotros que íbamos a divertirnos y sabemos perfectamente por dónde, de dónde y por qué vienen los tiros sin hacer nada con el fin de impedirlo.

Dicho lo anterior, espero que algo me asombre en nueva York, la tengo tan vista a la pobre, se gastan tanto en promocionarla... La sociedad digital está borrando nuestra capacidad de asombro y nuestro instinto descubridor. Todo resulta al final tan aburrido... Espero que me guste más que a Lorca, de todo se aprende y EEUU es el humano en movimiento.

QOSHE - Donde los jamones son de York - Ramón Reig
menu_open
Columnists Actual . Favourites . Archive
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close
Aa Aa Aa
- A +

Donde los jamones son de York

4 0
18.12.2023

Cuando ustedes lean esta columna yo estaré en Nueva York si es que ha ido bien el viaje. Siempre que voy en un avión y el comandante nos desea buen vuelo soy yo el que se lo deseo a él y al copiloto que es lo importante. Ahora han hecho otra película con el avión que se estrelló en Los Andes en los años 70. No pienso ir a verla, no me atrae ese asunto, por nada del mundo quisiera verme en una de ésas. El miedo a volar se pierde volando mucho, como todo en la vida porque a todo se acostumbra uno a pesar de que no estemos hechos los humanos para volar. Yo tuve mucho miedo a volar, ahora, después de un montón de garbeos, le digo al comandante que tire p’arriba y que salga el sol por Antequera.

No he estado nunca en Nueva York, sí en Miami, en Los Ángeles, en Las Vegas, en Dallas, en El Paso, pero no en la ciudad que nunca duerme que más vale que durmiera de vez en cuando y así no se producirían tantas muertes. A ver qué marcha me encuentro en........

© El Correo de Andalucía


Get it on Google Play